“Lo que menos quiero es restarle a Newell’s”

Franco Escobar mostró ese costado humano del futbolista del que se conoce poco o nada. “Se termina un año difícil para mí”, dijo el defensor, que transcurre sus últimos días en Rosario antes de volar hacia los Estados Unidos. El 2020 fue el del regreso a Newell’s, pero nada salió según lo esperado. Una fractura en el quinto metatarsiano frustró su participación en la Copa de la Liga Profesional y una nueva lesión en el pie le permitió apenar jugar 7 partidos del último torneo. Pero nada fue tan duro como el fallecimiento de la persona que consideraba su padre,. La esperanza de seguir en el Parque un año más, si bien no había certezas de que se gestionase su continuidad, se hizo añicos cuando Atlanta United lo transfirió a Los Angeles FC. Pese a todo, dijo ser un “privilegiado” por haber compartido plantel con Maxi Rodríguez y Nacho Scocco. “No me arrepiento de haber vuelto a Newell’s. Sí lamento como se dio todo”, manifestó.

¿Cómo fue jugar el último partido del torneo, contra San Lorenzo, sabiendo que te ibas?

Fue complicado, una situación rara. Me tocó jugar cuando la noticia ya se había hecho pública. No estaba cómodo y sentía tristeza. Estaba en shock y a la vez tenía que concentrarme porque había un partido por delante. Apenas empezó me sacaron tarjeta amarilla y se me cruzó por la cabeza que me podían echar a los 5 minutos. Tenía un lío en la cabeza. Encima después llegó el penal que hice. Cuando terminó el partido me dije: “Ya está, no juego más con esta camiseta”. Y eso me generó vacío y una angustia por cómo se dio todo, yo sin poder opinar ni decidir nada. Me tenía que ir de Newell’s sin pelear nada, sin tiempo para nada.

Tu vuelta a Newell’s no fue ni cerca lo imaginado.

No fue un año bueno en general, en lo personal y en lo futbolístico. Tuvo lo de las lesiones. Se termina un año difícil para mí.

¿Querés contar esas cuestiones personales que te afectaron?

Venía de una separación estando afuera del país y después llegó lo de la lesión. Me recuperé y la noche anterior al día que volvía a jugar, contra Talleres, falleció el papá de mis hermanos, una persona que yo quería mucho. Era como mi padre. Estuvo conmigo desde que yo era muy chiquito. Todo el mundo sabe lo que pasé porque lo publiqué en mi Instagram. Era la persona que junto a mi tío me llevó a Bella Vista. Todos los días me llevaba a entrenar. Fue muy duro encontrarme con eso la noche anterior al partido en el que volvía a jugar en el Coloso después de esperar tanto. Salí de la concentración, fui al velorio, volví y jugué. A la otra fecha (contra Argentinos) me vuelvo a romper. Cuando me recuperé fue para los últimos partidos. Y antes de la última fecha Atlanta United comunica que me voy a Los Angeles. Fue todo junto, duro. La cabeza no aguanta.

Son vivencias que al futbolista no lo predisponen de la mejor manera para jugar por más ganas y esfuerzo que pongas.

Obviamente. Tengo tres hermanos chicos que en ese momento estaban sufriendo mucho y con mi mamá estando sola. Tenía que acompañarla y hacerme cargo de esa situación. Y a veces tenés que leer en las redes cada boludez que dicen de uno y eso te afecta. Yo no le doy tanta pelota, pero les afecta a la familia y los amigos. Te jode más que nada por ellos. Yo jamás vendría a Newell’s para hacerle un mal. Puse todo de mí para llegar al club y resigné un montón de cosas. Cómo voy a querer hacerle un daño al club que me formó como persona, que me dio una oportunidad desde chico y con el que pude cumplir tantos sueños como jugar en primera. Acá compartí plantel con futbolistas que en mi vida me hubiese imaginado. Siempre defendí esta camiseta al máximo. En la cancha di todo, juegue bien o mal.

¿Y qué rescatás de tu paso por el club?

Por empezar estar cerca de la familia y los amigos. Y que cada vez que iba a Bella Vista era feliz, estar en el vestuario, con los kinesiólogos, los utileros, con tantos excompañeros que volví a ver, compartir con los chicos que estaban subiendo a primera. Disfruté del último año de la Fiera (Rodríguez) y de Nacho (Scocco). Me siento un privilegiado de haber compartido el plantel con ellos y de estar en sus últimos partidos. También de estar con Pablo (Pérez), Fer (Belluschi), el Gato (Formica). No me arrepiento de haber vuelto a Newell’s. Sí lamento como se dio todo.

¿Qué se puede decir de Maxi y de Nacho que sea diferente a lo que cualquiera vio de ellos en la cancha?

Son dos compañeros sencillos, humildes, que dejan muchas enseñanzas y que te integran siempre. A pesar de lo que significan para Newell’s y el fútbol, siempre fueron uno más. Como compañero los disfrutás.

Por lo que representaron en Newell’s, ¿pensás que será sencillo llenar ese vacío?

Para el grupo y para lo que es Newell’s es duro que se hayan ido al mismo tiempo. También se fue Fer y Pablo, junto a los más grandes que se queden, tendrá que guiar a los más jóvenes. Newell’s tendrá que hacerse a la idea y rehacerse sin ellos dos.

El club busca un lateral derecho y tiene a dos juveniles que ya debutaron, Tomás Jacob y Patricio Acevedo, ¿qué opinás de ellos?

Los dos tienen cualidades para jugar, pero son chicos, con pocos partidos, y por cómo viene el tema puntos no sé si habrá la paciencia para bancar el proceso de adaptación a primera que necesitan. No es fácil jugar en un club como Newell’s. La gente es muy exigente, el club te exige permanentemente. Si viene un lateral de experiencia tendrán que seguir aprendiendo y si les toca jugar por algo estuvieron en el plantel de primera. Son rápidos, con más oficio de laterales del que tenía yo a su edad. Esperemos que se arme un proyecto importante y que los chicos sepan a lo que tienen que jugar porque es difícil si hay cambios cada seis meses.

¿Cuánto los afectó que en el año hubo un clima político complicado por las elecciones y que tuvieran cuatro entrenadores distintos?

Es difícil porque después el que sale a la cancha y pone la cara es el jugador. Tenés un entrenador, después llega otro con una idea diferente y un preparador físico con una forma de entrenamiento distinta. Así las cosas no pueden salir bien. Hoy en el fútbol argentino es todo muy parejo y si estás en un completo cambio, das ventaja. Sé que si los resultados no se dan no hay paciencia en esta ciudad, pero los dirigentes tendrán que bancar un proyecto. Newell’s es un club grande y constantemente debe jugar torneos internacionales. Los chicos de inferiores tienen que soñar con jugar en la primera de Newell’s, defender esta camiseta que es muy importante por su historia y no en irse.

Si bien es reciente tu salida, ¿está presente la idea de volver al club?

Newell’s va a ser siempre mi casa. Me gusta estar acá. Pero a medida que pasan los años tenés que hacer tu vida, tu carrera. No pude aprovechar este año esa posibilidad. Por mí te digo que sí, pero dependerá de muchos factores, de cómo sea mi situación en ese momento y si Newell’s me quiere. Si vuelvo será estando bien, como me sentía cuando volví después de tres años como titular en los Estados Unidos, obteniendo títulos y en un gran nivel. No salió como esperaba. Lo que menos quiero es restarle a Newell’s.

Fuente-ovacion04

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