Los favorecidos por el recambio

La seguidilla de partidos que impone la doble competencia obligó a la lepra a apostar por un sistema de rotación para no descuidar ningún frente. El plantel rojinegro aprendió la lección de aquella dolorosa eliminación en Copa Argentina en manos de Claypole, y para este pasaje se posicionó de otra manera. Muy distinta.

Casi dos meses después, el halo que lo rodea es totalmente diferente. El equipo elevó muchísimo su piso de rendimiento, dejó atrás la zona de titubeos e incertidumbre, y ahora derrocha confianza y el que entra no desentona. Sobre todo en los últimos tres partidos, por encima de los resultados, la producción colectiva se acercó al estilo y a los requerimientos del Gringo Heinze y esa comunión está mostrando lo mejor de Newell’s desde que asumió el nuevo cuerpo técnico.

Evidentemente, el tiempo de trabajo derivó en este presente que empieza a ganarse el respeto de propios y extraños, y a despertar ilusiones entre los hinchas. Si bien, este nivel de presentaciones apareció recién después del clásico contra Central en el Parque, tras la disputa de la 10ª fecha, lo cierto es que el conjunto rojinegro encontró entre los cambios y las exigencias que impone la rotación una plataforma de esfuerzo, compromiso y predisposición que supera los nombres propios y los esquemas de pizarrón de cada ocasión.

En ese marco, Newell’s exhibe una apreciable curva de progreso en su juego, y muchos jugadores aprovecharon ese envión positivo para hacerse notar y mostrar que son bastante más que alternativas.

El uruguayo Armando Méndez y el paraguayo Gustavo Velázquez en defensa, Lisandro Montenegro y Marcos Portillo en el mediocampo, y Jeremías Pérez Tica y el ecuatoriano Djorkaeff Reasco en ataque, ganaron mucho terreno en la consideración del técnico y sus actuaciones consiguieron forjar guiños de complicidad entre los simpatizantes leprosos.

La serie conformada por Racing, River y Blooming sirvió para demostrar además, hacia adentro y hacia afuera, que los jugadores pueden exhibir su nivel de aporte y sentirse importantes incluso bajo diferentes sistemas tácticos.

Con tres atrás como en el Cilindro de Avellaneda, con tres arriba como contra el puntero de la liga en el Coloso, con otro volante central como en la presentación por Copa Sudamericana, también en su casa. Con diferentes apellidos, los dirigidos por Heinze estuvieron a la altura del desafío de mantener a Newell’s en este sendero de crecimiento futbolístico.

Un nuevo Newell’s

Uno de los ejemplos más visibles de superación y lucha dentro del plantel es Méndez. Cuando parecía que no sería tenido en cuenta, se quedó a pelearla en la pretemporada y fue titular en el arranque ante Platense. Allí se fracturó el antebrazo y esa lesión lo marginó algunas semanas del escenario principal.

Heinze trajo como refuerzo a Jherson Mosquera, pero Méndez siguió igual en fase de batallador incansable. Ya recuperado, ante Racing demostró que está en condiciones de rendir a la par de sus compañeros. Expuso su postura de cuchillo entre los dientes y menos distracciones y faltas zonzas en la zona defensiva que el colombiano.

Velázquez es otro que referencia la determinación. Había quedado relegado inexplicablemente por cuestiones de perfil con Mansilla, pero en estos encuentros el paraguayo demostró, con buenas presentaciones, firmeza en los cortes, presencia aérea y un gol, que el equipo suma virtudes con él.

En el medio, dos pibes de la cantera ponen en aprietos al técnico, porque demostraron con desparpajo, dinámica, y predisposición para presionar y ser verticales en ofensiva, que representan herramientas de igual o mayor valor que las que reemplazan. Portillo y Montenegro le dieron nuevos aires al juego. Con goles, más participación, y decisión para forzar huecos en la resistencia rival, estos volantes son la firma identificatoria de este Newell’s.

Para cubrir a Aguirre

El partido con Racing en Avellaneda fue una extraordinaria plataforma de apariciones y rápidas confirmaciones para un Newell’s que no tenía más tiempo para estirar pruebas. En un momento de máxima exigencia y aún con las inquietudes que dejó el clásico, el conjunto leproso consiguió un enorme gesto de esperanza en lo que puede llegar a venir.

Y uno de los responsables de esa notable mejora futbolística que empezó a transitar el equipo rojinegro fue Jeremías Pérez Tica, quien tuvo un rendimiento descollante en el Cilindro, volvió locos por su sector a Pillud y Sigali, y exhibió asociaciones con Portillo que evidenciaron el nacimiento de una posible sociedad.

Pérez Tica fue el goleador de reserva (13 tantos en 27 partidos) en el torneo pasado, jugando en otra posición, pero igual dejó el alma en otro puesto (ahora Heinze lo usa como extremo), todo en beneficio del equipo.

Su aparición fue un gran hallazgo y brindó tranquilidad en el cuerpo técnico leproso, ya que Brian Aguirre fue convocado para el Mundial sub-20 con la selección argentina.

En tanto, este viento de cola también le llegó a Reasco, quien se destacó con una asistencia y un gol ante Blooming en la presentación en Sudamericana en el Coloso. Para Heinze es centrodelantero, y estos últimos partidos le sirvieron para levantar su autoestima, luego de muchas oportunidades desperdiciadas.

Fuente-ovacion06

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