Histórica goleada de Newell´s en el clásico frente a Rosario Central por 4 a 0, en una tarde que quedará para el recuerdo. Pochetino, Cozzoni por duplicado y Garfagnoli los autores de los goles.
Señores. Ahora no se discute nada. A llorar, a reír. A discutir, si se quiere, total ahí los goles no se cuentan. Pero en la cancha hubo una sola historia. Esta de Newell’s goleador y humillante, esta de Central conmovido y cacheteado por cuatro bofetadas a su presente crítico y a un futuro que —a esta altura— poco les importa a sus hinchas, groggy de tanto grito rival, que no para de saltar, ni de gritar, ni de…
Cabezazo de Pochettino, gol. Centro de Ruffini, aparición de Cozzoni, gol. Dos a cero en el primer tiempo, inapelable para Central, que sólo llegó a Scoponi con un tiro libre de Galloni que pegó en el travesaño. Después, el derrumbe. Bentral salió a matar o morir.
Y murió sin contemplaciones, porque Newell’s lo esperó agazapado y metió dos zarpazos más para asestarle —en este ciclo del Loco Bielsa como técnico— otra vez cuatro goles, como aquel 4-3 del Campeonato Apertura.
El pibe Garfagnoli metió una diagonal impresionante y fue 3-0, la Chancha Cozzoni dijo: “Yo no me olvidé del gol”, y cerró la cuenta. Y entre la euforia y la desazón, los cantos y los silencios, la historia de una ciudad y dos equipos que, en la semana previa al clásico, hicieron del partido la razón de su vida.
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