Un 10 del 10 pero de 1993, Diego Armando Maradona volvió a jugar en el fútbol argentino con la camiseta de Newell’s, después de un controvertido paso por Sevilla, marcado por las lesiones y por las diferencias con Carlos Bilardo.
Visitó a Independiente en Avellaneda, tiempos de Daniel Garnero, Gustavo López, Sebastián Rambert, Diego Cagna, entre otros buenos exponentes del fútbol ganador del Torneo Clausura y la Supercopa con Miguel Brindisi. El Rojo ganó 3-1, con arbitraje de Francisco Lamolina, pero la “estrella” fue Maradona.
Muy delgado, al extremo de no mostrar la fuerza incontenible que lo caracterizaba en los´80, Diego hizo dos o tres jugadas de su sello inmortal: una de ellas casi concluye en gol tras una magistral “rabona” casi sin ángulo, entrando por la derecha y rodeado de rivales, de no ser por Luis Islas.
Aquella tarde, el 10 reconoció su admiración por Ricardo Enrique Bochini en la mismísima Doble Visera, donde Carlos Alfaro Moreno marcó un hat-trick y se erigió como la figura estelar.
“Me vino unas ganas de llorar bárbaras cuando me acerqué a la hinchada de Independiente porque yo estuve en esa hinchada. Realmente todavía me dura la emoción. Los quiero mucho a los hinchas de Independiente, de verdad. Porque yo viví la época de Bochini, Bertoni, el Chivo Pavoni. La verdad que es demasiado, les agradezco con el alma. Ojalá que me mata rápido en el partido por el bien de Newell’s“, esbozó Maradona durante una estadía efímera (apenas cinco partidos) pero intensa que quedó marcada en la
El sentido mensaje de los hijos de Maradona
“A veces es difícil explicar que no fuiste un superhéroe. Esta foto es de hace exactamente 30 años, en tu debut oficial en Newell’s, contra el Rojo de Avellaneda. Volvías a jugar después de tres meses de inactividad. Y aunque fue derrota, el regreso fue tu verdadera victoria. Te amamos papá“, reza el escrito.
Fuente-tyc
