Surgido, prácticamente, del Semillero de Argentinos Juniors, prometía desde sus inicios. Como todo, su carrera deportiva no fue lineal y tuvo que reinventarse como persona y jugador. Los problemas con la dirigencia del Bicho y su familia, lo llevaron a seguir su carrera en Estados Unidos, donde tampoco tuvo éxito. Suspensión y, básicamente, expulsión del país. Newell’s, como una mano al rescate, lo invitó a ser leproso y, a pesar de las críticas que sufrió en 12 partidos disputados, finalmente logró su cometido. Estesábado, Matko Miljevic el autor del golazo desde afuera del áreaa los 93 minutos, para dar vuelta el marcador 2-1 frente a Lanús y hacer explotar el Estadio rosarino.
Qué mejor que un gol de último minuto, para revertir un resultado y callar miles de bocas. Así fue que el enganche de 23 años pisó fuerte en el suelo de la Lepra. Recibió una buena pelota de Giovani Chiaverano, la bajó de cabeza y remató con la zurda al ángulo del arco de Nahuel Losada que, al igual que todos, lo tomó por sorpresa.
No fueron solamente los tres puntos que lograron, justamente, igualar al Grana con los puntos (20) para empezar a sumar en la mitad de la tabla. Es que esa tarde fue un día para recordar para Matko, que no se postulaba como primordial en este equipo. ¿Se ganó un lugar en el equipo?
Matko Miljevic, autor del 2-1 frente a Lanús.(FotoBaires)
Matko Miljevic: nacido en Estados Unidos, expulsado de la MLS y con un nuevo futuro en Newell’s
Miami, Florida fue la primera casa del joven de 23 años; es que sus padres decidieron criar a sus hijos allí. Meses más tarde, las vueltas de la vida los obligó a pegar la vuelta hacia Argentina, y el Semillero del mundo fue la casa por algún tiempo. Debutó en Argentinos Juniors, después de hacerse desear.
Otra vez, la vuelta para Estados Unidos. Un conflicto entre su padre y la dirigencia del Bicho lo obligó a buscar otro club. El C.F Montreal se hizo cargo y lo fichó en 2021. La aventura duró tan solo dos años, porque en 2023 tuvo que rescindir el contrato y no por un tema menor. Es que el argentino disputó un torneo amateur de futsal y cambió su nombre para ocultar su identidad como futbolista profesional. En esa misma competencia, le pegó a un rival y empeoró su situación: suspendido de por vida.
Claro, ante la prohibición de disputarlo en base a su profesionalismo y al verse tentado por la llamada de un amigo para jugar el partido, agregó una letra “o” a su apellido y así firmar planilla tres veces como “Milojevic”.