Pablo Pérez midió su termómetro y prefirió el hermetismo profesional para no fomentar en vano tanta alegría entre el pueblo Leproso. Pero, ese globo venía haciendo ruido de mosca. Bastaba con saber lo que pensaba, tener la información certera o leerlo entre lineas. ¡Cuando vio por la hendidura y apareció el escudo de Newells le habrá sido imposible dudarlo!
Vino un fanático más de la Lepra para pelear el descenso, para empujar del mismo carro e intentar sacar a la institución de esa inmunda zona roja que viene torneando sin compasión la mente de todos los hinchas. Él sabe muy bien de qué se trata y eso al equipo le va a dar otro manto de tranquilidad.
La jerarquía de “Pablo”, su temperamento y su trayectoria podrían logran muchísimo en este campeonato. Es para que el hincha se ilusione con zafar sí o sí. O, al menos para “intentar” estar más tranquilo. ¡Ojo! De yapa, hasta no te das cuenta, y Newells se encuentra dentro de la Copa Sudamericana. Una cosa lleva a la otra.
Se sabe que “Pablo Perez” domina el buen pie, los pases filtrados, el despliegue y el raspaje. Son sus verdaderos atributos y para la conformación de Newells basta y sobra ya que en ese lugar está costando salir prolijo y romper lineas. Si viene con el cuchillo afilado le va a aportar mucho al equipo. Le toque entrar o no.
Ojalá que algunos hinchas de la Lepra empiecen a estar más tranquilos y a no dudar cuando se trata de jugadores así. Cuando no se confía en éstos aspectos se hace todo más difícil. En la vida todo el mundo se equivoca día a día y es bueno repensar las cosas para no tropezar otra vez. ¡Pablo es Newells!
Se asomó por la hendidura de ese candado que estropeaba sus ansias y lo estaba oxidando, colapsó con su aliento incesante, rompió cadenas; y se pegó la vuelta al club más fiel de la Argentina. ¡Otro Leproso que nuevamente vino a dar una mano! (Por un fútbol sin violencia)
Imanol Gallego Fosco