Habiéndose oficializado y completado mi desvinculación del club (en términos de papeles), me tomo un momento para escribir y exteriorizar un sentimiento que sale desde lo profundo de mi corazón. Quizá debí hacerlo hace poco más de tres años, cuando me fui en busca de continuidad futbolística, recalando en Defensa y Justicia, club del que hoy soy parte. Pero consideré que las circunstancias, en ese entonces, no lo ameritaban. Llegué con 13 años, casi 14… me fui con 21, casi 22.
Fueron ocho años de aprendizaje, de sueños cumplidos, de entregar el máximo cada día. Y es justamente por eso que no me reprocho nada, porque me entregué por completo. Con aciertos, también con errores, pero siempre con responsabilidad, respeto y lealtad.
Gracias, Newell’s, por formarme como persona, por cobijarme cuando me tocó alejarme de mi familia, por proveerme de herramientas para desarrollar mi carrera profesional, por cumplir mi sueño y el de todos mis seres queridos… En síntesis: gracias por todo.
Quiero agradecer a TODOS los compañeros con quienes tuve el placer de compartir y aprender día a día. Desde 9na hasta 1ra, a cada cuerpo técnico, a cada empleado/a, a cada persona con la que me crucé siendo parte de esa maravillosa institución.
Sin ser demagogo ni pecar de hipocresía, la mención especial es para la gente, para el hincha, que con solo un puñado de partidos en mi haber, me brindó y me brinda un cariño que me reconforta el alma.
No sé qué es lo que traerá el futuro, y realmente nadie puede asegurar lo que pasará, pero deseo que me permita volver a ponerme nuevamente ésta camiseta…
Con estas palabras me despido y les digo que los llevo siempre en el corazón.
¡Newell’s carajo! ❤️🖤
Ezequiel Unsain
