La obsesión de todos los leprosos es lograr que Lionel Messi vuelva a Rosario, al club donde nació, para que renueve como profesional aquellas fantasías dibujadas cuando era niño. El genio ya tiene 33 años. Cada vez queda menos para coronar el milagro. No parece nada fácil. Mientras tanto, hay otro Messi que crece con la 10 de Newell’s y con todos los matices singulares que encierra cargar ese apellido y ese número.
Este Messi se llama Joaquín. “No tengo ningún vínculo familiar con Leo. Tampoco lo conozco ni lo vi nunca”, le cuenta a Mundo Deportivo el joven de 18 años que juega en la quinta categoría de las divisiones inferiores de Newell’s y que nació en Coronel Arnold, una ciudad santafesina ubicada a 40 kilómetros de Rosario.
¿Cuánto lo ayuda y cuánto lo complica llamarse Messi? Primero, Joaquín devuelve: “Yo llevo el apellido con naturalidad. No sé si llamarme Messi me juega a favor o en contra. Creo que lo único a favor es la coincidencia en el apellido con el mejor jugador del mundo. Y en contra sólo sentí que me jugó un par de veces”.
Ahí estaciona en un par de historias puntuales. “Una vez, en la novena división contra Banfield, en Rosario, el primer marcador central, un chico grandote y muy alto, me puteó todo el partido simplemente por el hecho de llamarme Messi”, rememora. Y añade: “También una vez, en una nota que me hicieron cuando era chico, abajo, en los comentarios, mucha gente sin conocerme me decía montones de cosas feas por mi apellido. La verdad, nunca entendí ninguna de las dos situaciones”.
Joaquín Messi nunca estuvo cerca de Lionel Messi: “No tuve la suerte de conocerlo ni saludarlo. Sólo lo vi en un partido a beneficio en la cancha de Newell’s. Yo era muy pequeño”. Por supuesto que el imán del fenómeno lo atrapa: “Me encantaría tener una camiseta de Lionel, o una foto, o saludarlo y verlo de cerca simplemente”.
Fue positivo de Covid-19. El jueves de la semana pasada recibió el alta médica. Ya terminó el colegio secundario y piensa estudiar en un momento alguna carrera universitaria, aunque todavía no sabe cuál. Mientras tanto, hace foco en el fútbol. A este Messi cada vez le falta menos para llegar a la Primera de Newell’s y continúa avanzando hacia su objetivo de jugador profesional: “Ese es mi sueño”. Hace unas semanas, firmó contrato con un grupo suizo de intermediación y representación de futbolistas. “Es muy importante por lo que me propusieron y por el trato que me dieron”, explica Joaquín, aunque no entra en detalles de su vínculo con Front Group Argentina.
Fue detectado por el ojo de Federico Almerares, un ex goleador de River y del Basilea. “Un amigo me había hablado muy bien de Joaquín Messi hace un año y pico. Entonces, lo empezamos a seguir con mis socios en Santa Fe y Rosario, Andrés Taberna y Alejandro Gavatorta. El combo cerraba por todos lados entre lo futbolístico que observamos en distintos partidos y las referencias personales que conseguimos. En la empresa también tomamos muy en cuenta el factor humano”, le puntualiza Almerares a Mundo Deportivo.
¿Cómo juega Joaquín Messi? “Es mediocampista. Tiene técnica, buen remate. Es rápido. La verdad es bastante completo”, dice Almerares. Con Leo no quiere compararlo. Opta por resaltar cuestiones que los diferencian: “Joaquín es derecho, es volante ofensivo o mixto. Es encarador, gambeteador, dinámico. Hace goles, pero es más asistidor. No es un goleador”. Y asegura: “Tomamos en cuenta al jugador. Obviamente, que Messi hace ruido. Pero lo elegimos por cómo juega, no por el apellido. Tiene potencial. Además, está en un club como Newell’s, que es modelo en la formación de jugadores y les da lugar a los jóvenes”.
La vida de Almerares se encuentra atravesada por Messi. Con Leo compartió cancha en aquel partido organizado especialmente por Hugo Tocalli en el estadio de Argentinos Juniors, para asegurar que el fenómeno jugase en la Selección Argentina. Fue aquel 8-0 contra Paraguay. Ese día el genio hizo su primer gol vestido de celeste y blanco, mientras que Federico convirtió dos. Ahora Almerares se cruza con Joaquín, con otro Messi que crece con la 10 de Newell’s.
Fuente-mundodeportivo