Manuel Tadeo Llano Massa fue uno de los juveniles que firmó el primer contrato profesional la semana pasada. El volante mixto de 20 años demostró a lo largo de la entrevista que es un apasionado del fútbol. Algo que heredó de su padre Hernán, quien fue, con mucho éxito, captador en Newell’s durante varios años y hoy está en Talleres de Córdoba con grandes resultados. El pibe además tiene una memoria prodigiosa y se acordó de todos los que le enseñaron los valores tanto en el fútbol como en la vida. Además se acordó con lujo de detalles de su pasado en las infantiles y en el interno de Provincial y los debut en Newell’s, ya sea en Rosarina como en inferiores de AFA.
“La primera semana de la cuarentena costó un poco y fue la más dura, ya que no soy de quedarme encerrado en casa. Gracias a Dios cuento con un patio para entrenar, así que no me puedo quejar como la estoy llevando. Entreno y estudio el profesorado de educación física, así que puedo ocupar bien mis tiempos. Soy del barrio Tablada, vivo a dos cuadras de la cancha de Central Córdoba y estoy con mis padres y mis dos hermanos mellizos
”, fueron las primeras palabras del nuevo volante de Newell’s.
¿Cómo fue tu trayectoria antes de llegar a Newell’s?
Arranqué desde los 4 años en Provincial hasta los 12, cuando estaba en predécima. Luego tuve un breve paso por Sarmiento cuando estaba la Fundación Messi y a mediados de 8ª regreso a Provincial. Estoy allí el segundo semestre de 2014 y todo 2015 en 7ª, y ya en 2016 con edad de 6ª llegué a Newell’s.
¿En Provincial además de en la Rosarina jugaste el torneo interno?
Sí. Hice el baby en cancha de 7 y con mis amigos en cancha grande lo hice en Deportivo Italiano. Hay equipos históricos como Alvear y San Telmo en ese interno que hace años que están. Tengo grandes recuerdos. Mis amigos, los profes que tuve de chico, que siguen estando y suelo ir seguido. Me acuerdo de mucha gente de Provincial a los cuales les estoy agradecido: Manolo, el Edu Arias, el Guille González que me ayudó muchísimo, Andrés Arancón que hoy es PF de la 1ª local de Newell’s y fue mi primer entrenador en baby. Son grandes personas y nos ayudaron mucho a crecer.
No te voy a mentir. Era algo incómodo. No era algo que me ponía mal ni me molestara. Porque los que nos conocen saben que no íbamos a sacar provecho. Pero mi papá tuvo que luchar mucho contra esas habladurías, tuvo que pasar por varias y eso sí me molestaba. Yo soy un agradecido al club y me encontré con buena gente que no me hizo pasar por ese tipo de momentos.
Y a la larga el tiempo te dio la razón porque seguiste en Newell’s, firmaste contrato y tu papá hace varios años que no está en el club.
Sí. Por suerte se pudo dar. Hoy mi papá está en otro club. Está feliz y cómodo y los dos estamos más que agradecidos con Newell’s por todo lo que nos dio.
La charla ingresó en el terreno de los recuerdos de Manuel en las inferiores rojinegras, donde sorprendió por la gran cantidad de información que guarda en su memoria.
“En mi primer año en Newell’s, del cual soy hincha, fue en 2016, debuté en la 2ª fecha contra Pablo VI en Rosarina y ganamos 2 a 1 de visitante. En la 1ª fecha no pude jugar porque no estaban los papeles. En AFA debuté con San Lorenzo de local en 6ª, con Gastón Liendo de DT. No me esperaba jugar tanto. Pero por suerte tuve muchos minutos en cancha, más en Rosarina que en AFA”.
El 17/11/2017 fue por primera vez al banco de reserva ante Belgrano, partido preliminar en el Parque. “No me olvido más. Faltando 20 minutos en lo último que pensaba era en entrar. Porque era increíble la cantidad de gente que estaba entrando en la cancha y como alentaban. Era la primera vez que pisaba el Coloso y fue un recuerdo imborrable”.
El volante habló de sus primeros pasos en reserva. “Recuerdo cuando debuté con Bidoglio ante Estudiantes como visitante, que ganábamos 4 a 1. En 2018 le hice mi primer gol en reserva a San Martín en Tucumán y también recuerdo cuando ganamos 2 a 0 el clásico en 4ª en Bella Vista”.
En 2019 te diste el gusto de salir campeón en 4ª de AFA. ¿Qué significó eso para vos?
Mucha felicidad. Teníamos dos técnicos que son unos personajes y grandes armadores de grupos como Petete Rodríguez y el Roly Ocampo. Además nos sacamos la espina que en el primer torneo de 2019 se nos escapó al final por lo cual el título del segundo semestre se disfrutó doble.
¿El gol a Central en reserva fue lo mejor que te pasó en tu carrera hasta el momento?
Seguramente. Más que nada por el contexto. Fue en Arroyito donde había bastante gente. Fue el 2 a 0 y los clásicos se viven distintos. Lo importante es que ganamos y festejamos.
¿Cuáles son tus fortalezas como jugador?
Tengo mucho despliegue, me gusta llegar al área rival y tener la pelota, aunque eso no se si es bueno o malo (risas). Hay mucho por mejorar y estoy en constante aprendizaje.
¿Cómo fue la experiencia de haber ido al banco en primera contra Racing en Avellaneda?
Me moría de ganas de entrar aunque fuera un minuto. Pero fue un partido muy cerrado ante un gran rival en su cancha, donde merecimos ganar porque habíamos creado las mejores situaciones.
¿Cuáles son tus sueños?
Desde chico siempre quise jugar en la primera de Newell’s. Ese es mi máximo sueño. Y en el futuro jugar en alguna liga grande en Europa, pero hay que ir paso a paso y no me siento preparado para hablar de acá a tantos años.
En el nombre del padre
Varios tramos de la entrevista giraron en torno a su papá Hernán Llano. El Laucha es un gran profesional que hizo un estupendo trabajo de captación en Newell’s y hoy está en Talleres de Córdoba, pero sobre todo una gran persona. Jugó hace unos 25 años en Provincial y paseó jerarquía y goles en el torneo interno en el que demostró toda su calidad como jugador. “Tengo una gran relación con mi viejo. Lo vi jugar en Provincial y tenía mucha técnica. Le pegaba mucho en los córners con tres dedos, algo muy particular. Pero era vago. No era su objetivo ser jugador de fútbol profesional y lo hacía solo para divertirse con sus amigos”, contó su hijo Manuel.
También recordó una anécdota con los valores que le inculcó su padre. “Como tenía que hacer grandes tramos entre el fútbol y el estudio en mi primer año de la facultad, mis abuelos para que no me tenga que movilizar en colectivo me regalaron un auto usado. Cuando mi viejo se enteró no dudó ni un segundo. Consideró que no me correspondía, que me lo tenía que ganar y yo en ese momento estaba muy caliente. Pero con el correr del tiempo me di cuenta de que tenía razón y fue una gran lección de vida que me dio. Ni siquiera las ruedas le pude ver al auto”, confesó Manuel entre risas.
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