El entrenador leproso Frank Darío Kudelka tiene para ilusionarse con los volantes que tendrá a disposición cuando se reanude la competencia en el país, siempre aclarando que la cuarentena se extienda por un tiempo razonable y que en el mediano plazo sea posible retomar la actividad en las canchas. Porque el DT puede armar dos mediocampos totalmente competitivos para afrontar lo que viene. Esto significa que cada jugador de esta zona neurálgica de la cancha tendrá que tener un nivel alto para mantenerse en el once inicial. Caso contrario tendrá compañeros que le estarán pisando los talones en una sana disputa por cada posición. “Lo que abunda no daña”, dice el refrán y en este caso Kudelka tiene un lindo problema por delante cuando ojalá la pelota vuelva a girar y la pandemia del coronavirus haya quedado atrás.
Lo primero que hay que decir es que Kudelka utiliza el esquema 4-3-3 y por ello, a priori, son sólo tres los volantes que pueden ser de la partida. Así, hay siete postulantes para tres lugares dentro de la cancha. Ellos son Julián Fernández, Pablo Pérez, Mauro Formica, Jerónimo Cacciabue, Braian Rivero, Aníbal Moreno y Denis Rodríguez. Por supuesto que son todos jugadores con particularidades que se deben amalgamar con funcionamiento colectivo y de los que el DT tendrá que optar entre tres intérpretes.
Hay que decir que por su alto nivel, uno de los “intocables” es Julián Fernández, el motorcito del mediocampo leproso. Un cinco tapón, que cubre todos los relevos y suele acoplarse a los zagueros para una salida prolija. Fernández se ganó un lugar sin necesitar período de adaptación en el Parque.
En tanto, el que volvió para potenciar al equipo es Pablo Pérez, el notable mediocampista por derecha, que marca y pisa con peligro el área adversaria sin pausa durante los noventa minutos. Pérez además fue un pedido expreso de Kudelka y al aporte en el juego le agrega la experiencia que requiere el momento leproso para terminar de salir a flote en el promedio.
Por su parte, Mauro Formica, que debe renovar su contrato en junio, es otro de los futbolistas que si está en óptimas condiciones físicas dota al equipo de una calidad irreemplazable. El Gato debió lidiar con una molesta pubialgia antes del receso y perdió terreno en la formación titular. Por ello será fundamental en su caso que vuelva a ganar ritmo para poder marcar la diferencia. Y no es un dato menor que además tendrá que renovar su continuidad.
Entre los juveniles hay dos que marcaron la diferencia y son los apellidos de “moda” de la nueva camada del fútbol argentino. Se trata de Jerónimo Cacciabue y Aníbal Moreno. Cacciabue fue una de las revelaciones en el inicio de la temporada y luego debió lidiar con una dilatada lesión muscular, pero volvió en buena forma. Lo suyo es la dinámica, la presión asfixiante y el aporte de pase ofensivo.
Mientras que Aníbal Moreno es otro de los pibes que asoma con extraordinaria proyección. Gran panorama de juego, pegada sensacional y multifunción en la mitad de la cancha son las virtudes que hacen de Moreno un jugador que pide a gritos minutos en la primera división. Previo al parate lo relegó una contusión en el sóleo izquierdo.
Además, hay dos jugadores que levantaron muchísimo el nivel con Kudelka. Uno es Braian Rivero, que incluso terminó ganándose un lugar antes del parate obligado por el coronavirus. Rivero tiene disciplina táctica y lo suyo es darle equilibrio a la zona media. Se animó a meter pases ofensivos y eso levantó su valorización entre las opciones disponibles.
A la vez, Denis Rodríguez es otro que también respondió cada vez que Kudelka lo mandó al ruedo. Denis es prolijo con la pelota, cubre bien los espacios y se amolda a las necesidades del equipo, tanto para atacar como para defender. Es otra de las alternativas que potenció el actual entrenador rojinegro.
De esta manera hay siete mediocampistas que Kudelka podría utilizar para cuando el fútbol tenga luz verde, algo que aún es muy prematuro aventurar debido a las restricciones y a la cuarentena estricta que rigen para tratar de aminorar los daños de la pandemia.
Lo dicho, de los siete volantes pueden jugar tres en el esquema 4-3-3, por lo que el DT tiene opciones de sobra para pensar en el armado de la zona medular de la cancha. Ninguno podrá bajar la guardia y la puja por el puesto potenciará seguramente el nivel de todos.
Hay que agregar como una opción más de recambio que corre de atrás al pibe Nicolás Castro, un prometedor volante creativo.
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