La semana que viene vuelve la competencia internacional para la Lepra. Newell’s visitara el martes a Goianiense en Brasil. Será una agenda frenética que no parará hasta dentro de un mes cuando finalice la Liga Profesional.
Tras el debut internacional, el fin de semana próximo jugará por la Liga Profesional frente a Gimnasia en La Plata y después llegará la previa del clásico, que también tendrá compromisos internacionales en el medio, pero con sustanciales diferencias: Bentral jugará el martes 27 y Newell’s el jueves 29, ambos de local. Y el 2 de mayo se disputará el partido más importante de la ciudad en Arrochito.
Newell’s deberá viajar a Chile apenas 2 días después de jugar con Bentral.
Más allá de que la agenda rojinegra es claramente más apretada, para ambos la rotación de futbolistas será imprescindible para mantenerse lo más competitivos posible y allí las prioridades empiezan a jugar otro partido, uno más.
Deberán apelar a decisiones futbolísticas, pero también institucionales.
Teniendo en cuenta que ninguno de los dos es favorito para superar la primera fase, en la que se clasifican a octavos de final sólo los primeros de cada grupo, la incógnita es saber qué competencia priorizarán. ¿Los promedios y el clásico, o los tentadores dólares extras por superar la primera instancia de la Sudamericana? Todo no se puede. El que mucho abarca…
¿Es posible, para los equipos de acá, llegar a las instancias más importantes de la competencia internacional? Por supuesto, más allá de las proyecciones y presunciones, siempre se dice que los partidos hay que jugarlos. En 2019 Colón demostró que era posible. Y el año pasado lo refrendaron Defensa y Justicia y Lanús.
El problema es la secuela que ello deja en la competencia local, que es el pan de cada día.
Por eso, se insiste, debe existir una decisión institucional que establezca las prioridades.
Newell’s no tiene plantel numeroso por lo que el desgaste va a jugar su propio torneo dentro de las dos competencias.
Sólo por participar de la Copa Sudamericana, los leprosos se hacen acreedores a 1.020.000 dólares. Por jugar octavos de final podrían sumar 500.000 más. Y por cuartos, otros 600.000. Por estar en la semifinal se suman 800.000 dólares y 2 millones de la moneda americana por ser subcampeón. El campeón percibirá 4 millones.
El ganador sumará casi 7 millones de dólares. Un número lo suficientemente tentador como para intentarlo. Claro que el daño que puede provocar en la competencia interna puede ser mucho más oneroso. Ejemplos sobran.
Fuente-rosario3