Se complementan como si fuese mucho tiempo el que llevan juntos, siendo que pasaron apenas casi tres meses desde que ambos comenzaron a vestir una misma camiseta de manera oficial. Saben lo que tienen que hacer y lo ponen en práctica con eficacia, creciendo partido tras partido. Cristian Lema y Willer Ditta conforman una zaga difícil de superar, tanto de arriba como de abajo. La tarea que cumplieron frente al poderío ofensivo de Racing el domingo en el Cilindro de Avellaneda fue encomiable. Más allá de que el local falló alguna que otra ocasión por impericia en la definición, la pareja de centrales rojinegros se encargó una y otra vez de cortar, rechazar y quitarle la pelota al elenco albiceleste.
Lema y Ditta fueron las columnas sobre las que sostuvo el trabajo defensivo de Newell’s, siendo grandes responsables de que el conjunto rojinegro mantuviera el arco en cero por tercer partido seguido y aparte sumara un punto que lo deja más cerca de la clasificación a los cuartos de final.
Newell’s extrañaba una dupla central que entregue seguridad. La sociedad de Cristian Lema y Santiago Gentiletti en la temporada 2019-2020 fue la que entregó mejores respuestas mirando hacia atrás. Después costó encontrar una pareja confiable. Hasta el mismo Lema entró en un declive el año que volvió al club, en 2021. La versión actual del espigado zaguero es diferente. Luce mejorada. Justificó con su nivel el pedido de Sanguinetti para que se acuerde con él un nuevo préstamo. Tan acertada la solicitud del entrenador como el visto bueno que dio para que se incorpore a Ditta, que venía de un irregular desempeño en Junior de Barranquilla.
A dos fechas del cierre de la etapa clasificatoria, el colombiano es el refuerzo de mejor rendimiento del plantel rojinegro. Fue creciendo en forma progresiva a lo largo del torneo, al igual que se ganó el reconocimiento del público. Contagia con su entusiasmo a los compañeros, como él mismo contó, celebrando algún despeje en una situación comprometida o consiguiendo un lateral a favor.
Pero la personalidad de Ditta es apenas un aspecto a resaltar. Se trata de un defensor ágil y rápido. Veloz para cerrar a los costados y firme en la marca en el uno contra uno. Es expeditivo. No duda en tirarla hacia arriba sin miramientos si la situación asoma comprometida. Esto no implica que no se anime a salir jugando. Es decidido y avanza con pelota al pie si es que entiende que puede resultar provechoso.
La ligereza de Ditta se fortalece en la última línea con la presencia de Lema, cuya capacidad para ubicarse en el lugar indicado le permite interponerse a los intentos del rival. El domingo sacó una pelota en la línea y en otras interrumpió envíos muy peligrosos que llegaron al área visitante. En el juego aéreo, se movió a sus anchas. No falló nunca.
El invicto de Newell’s en Avellaneda, como antes lo mantuvo contra Banfield (1-0) y Patronato (1-0), fue una tarea compartida. Desde el orden de Julián Fernández, el vigor de Armando Méndez, la perseverancia de Martín Luciano y el despliegue e intensidad de todos los demás.
Pero el desempeño de los zagueros merece un párrafo aparte. Resultan indispensables en la lepra. Llevan diez partidos juntos de los 12 que se jugaron en el torneo. Las dos veces que faltó Lema, por un desgarro, contra Platense (3-1) y Unión (0-1), lo reemplazó Gustavo Velázquez y no fue lo mismo. Por ese motivo, es que se decidió el regreso de Lema antes de lo que se tenía planeado, aunque en ningún momento se arriesgó su vuelta.
Fuente-ovacion06