El entrenador de la sexta leprosa, Diego Mateo, respondió preguntas en el medio partidario radial “Frecuencia Leprosa” acerca de cómo son las nuevas modalidades de entrenamiento.
Sobre las prácticas del plantel, expresó: “Encerrado en casa, tratando de mantenerme ocupado y no pensar tanto en lo que estamos viviendo. Trato de ayudar a los chicos con la escuela, cocino un poco, hago alguna compra puntual y sobretodo estoy muy atento a lo que sucede con los chicos de la sexta división que dirijo y con el resto de las inferiores. Generamos charlas con los jugadores de primera, hacemos entrenamientos vía Zoom y tratamos de darles actividades a los chicos para que se mantengan motivados”.
Amplió: “No es fácil mantener a los chicos motivados, cada caso puntual es diferente, con una situación social distinta. Hoy en nuestra categoría tenemos 44 jugadores, con realidades diferentes. Tratamos de charlar en privado con cada uno para ver cómo se sienten en todo sentido. Incluso hay chicos que no pueden trabajar con Zoom, porque no tienen un celular de alta tecnología o computadora en la casa o una señal de wi fi”.
Con respecto a los demás entrenadores, opinó: “Los técnicos de inferiores son ex jugadores, hinchas del club, estamos volviendo a esa época de inferiores del Maestro Griffa donde defender la camiseta era a muerte, todos amábamos jugar para Newells y me encanta”.
Con el tema de sus referentes como DT, detalló: “El Tata fue el mejor entrenador que tuve en mi carrera. Cumplía todos los requisitos: buena gente, gran jugador, gran entrenador, un fenómeno. Un ser humano increíble, con unos valores que no son fáciles de encontrar en el fútbol. Y mirá que muchas veces no jugaba, porque lo ponía al Mudo Villaba, pero el Tata fue lo máximo”. Agregó que un equipo comandado por un grande, un gran grupo con un sentido de pertenencia único. Jugadores que volvieron de Europa para dar una mano. “Disfruté mucho dentro de la cancha, pero afuera se vivía de la misma manera. Fue el año más lindo de mi carrera”, continuó.
De su retiro inesperado y no dicho con anticipación, explicó: “No me arrepiento de nada. Todo lo que hice en mi carrera lo hice desde la buena fe, desde la predisposición, desde la entrega. La decisión del retiro fue espontánea, creía que era lo mejor para mis compañeros y para el club, retirarme con una buena imagen. Veía que estaba todo dado para que sea en ese partido. Un poco acorde a mi personalidad, a mi perfil bajo, no quise que trascienda demasiado. Y al final se dio de película, fue soñado. Se me dio todo, con el cariño de la gente, con un gol”. Confesó: “Le pedí a Dios que me dé sabiduría para tomar la decisión correcta y sucedió. En el entretiempo le dije Diego Osella que me quería retirar, pero que me diera solo 5 minutos del segundo tiempo y en ese tiempo vino el gol. Estaba todo dado para que así sea”.
Para cerrar confesó una de sus justificaciones para seguir jugando: “Quería ganarle a Central, era un poco lo que me motivaba a continuar. Ganarle en cancha de ellos fue algo increíble. Y cuando me desplomo tras el pitazo final, es como que sentí un alivio y ahí empecé a pensar que podía retirarme”.”Ese clásico es un recuerdo inolvidable”, finalizó.
Camila Colusso.