Esta vez, y a diferencia de todas las otras, Hughes no está revolucionado por la presencia de su hijo pródigo, Ignacio Scocco. El delantero de River pasa la cuarentena en la casa que tiene en el pueblo santafesino en el que nació, se crió y donde ya avisó que jugará cuando se retire: lo hará en el Hughes FC que él mismo preside y donde dio sus primeros pasos en el fútbol. Eso es lo único que tiene decidido, por el momento…
Ahora lo que le falta resolver es lo que mantiene en vilo a todos los hinchas de River: qué hará después del 30 de junio. Por eso este parate le sirve a Nacho para acomodar las ideas mientras mata el tiempo despuntando un vicio: la jardinería. “El otro día pasé en bicicleta y lo vi regando el pasto en la vereda. Lo saludé de lejos y seguí. Ya habrá tiempo de juntarnos como siempre a comer unos asaditos y a jugar al fútbol”, le cuenta a Olé Sergio Giordano. El hombre es uno de los amigos de la infancia de Nacho y quien por estas horas se hizo famoso junto a otro camarada (Damián Barraqué), ya que Scocco subió una historia de Instagram con una foto antigua en la que se los ve a los tres cuando conformaban el tridente de ataque de la Séptima División del Hughes.
Ahora bien, como hombre cercano al punta de 34 años, Checho se animó a dar su pálpito acerca del futuro inmediato de quien fuera su colega de ataque: “Mirá, él por River siente un amor y un agradecimiento muy grande, pero siempre dijo que Newell’s es su casa.A mí me da la sensación de que Nacho va a estar en Newell’s”.
Es una percepción, claro está, aunque esa frase también puede servir para entender la encrucijada que tiene por dentro Scocco. “Hablamos bastante seguido, pero cuando nos juntamos entre todos en su casa, de lo que menos conversamos es de fútbol. Recordamos viejas épocas y nos divertimos un rato”, acota Checho, que en la foto aparece en el medio y se jacta de haber sido “más goleador que Nacho”. “De los tres, el que menos físico de futbolista tenía era él, je. Pero al tipo le sobraba técnica: siempre fue un animal”, dice quien se fue a probar con él a Newell’s pero no tuvo su misma suerte. Hoy Giordano trabaja en el área de mantenimiento en la comuna mientras que Barraqué labura en la panadería familiar. “Los tres jugamos juntos desde Séptima hasta que Nacho se fue para Rosario y la verdad es que metimos unos cuántos goles… Pero él siempre fue distinto. Lo fui a ver a River y a varios lados más, y ahora vamos a ver adónde: en el Hughes tiene las puertas abiertas, je…”. Dependerá de vos, Nacho…
Fuente-ole
