“Ojalá que pronto nadie tenga que salir del clóset (armario) porque nunca estuvo adentro”, arranca la charla Franco Magnano (27 años),presidente de futsal de Newell’s y encargado de la secretaría de género y diversidad del club del Parque. Magnano trabaja todo los días en la entidad rojinegra y confesó los temores que lo invadieron antes de contar públicamente su orientación sexual, pero que luego todas las personas cercanas y del club tomaron con naturalidad y hasta destacaron su valentía.
“Con ninguna de las personas que les conté que soy gay me sentí discriminado ni cambié la relación. Viajé siempre a ver a Newell’s a todos lados. Voy a la popular. En los partidos de futsal van tres mil o cuatro mil personas. Y lejos estuve de sentirme discriminado. Por ejemplo, en 2013 fui a ver todos los partidos del campeonato del Tata Martino”, contó Franco en diálogo con Ovación.
En el ambiente del fútbol. ¿qué es lo primero que habría que deconstruir, por dónde hay que empezar en cuanto a género y diversidad sexual?
No lo sé si existe, pero que algún jugador famoso tome la bandera en este sentido serviría mucho. Si bien yo estoy dentro del espacio del fútbol, soy dirigente de futsal y viajo con la selección de futsal, no es lo mismo que un jugador. El día que un jugador se anime públicamente a levantar la bandera va a servir un montón para deconstruir. Sinceramente, siendo el deporte más popular de un país de millones de personas seguramente haya algún jugador que sea gay. Pero el ambiente machista seguramente genera esos miedos que no están presentes en otros deportes. Estoy convencido que compartir la historia personal sirve de mucho.
El desafío para los clubes como instituciones también será abrirles las puertas a los jugadores que hagan pública cualquier orientación sexual. ¿Coincidís?
Acá al fin y al cabo lo importante es que el arquero evite los goles, el defensor defienda y el delantero haga los goles, después lo que haga en su pieza, en su cama, es totalmente secundario e irrelevante. Creo que el club (Newell’s) no se fijará en lo más mínimo en la orientación sexual de un jugador. Lo importante es que sea buen futbolista. Son procesos y la sociedad en este sentido está avanzando.
¿Cómo vivís en el aspecto personal tu orientación sexual en un ambiente tan machista como es el del fútbol, en lo que es tu trabajo diario en Newell’s?
La verdad es que lo vivo con total normalidad. Antes de contarlo viví un proceso muy largo, de primero conocerme a mí, después empezar a contarles a mis amigos y una vez que mi grupo cercano ya sabía mi mayor miedo era hacerlo público, por el hecho de qué iba a pasar al día siguiente cuando fuera al club. Tenía miedo y hasta se me cruzaban los fantasmas de que me peguen, me agredan o me insulten. Yo soy el presidente de futsal y el temor era no poder estar más. Eran muchos fantasmas que se cruzaban. Pero de a poco fui avanzando en este proceso y en un momento decidí contarlo. Antes de contarlo en las redes sociales decidí primero hablarlo con Cristian (D’Amico, el vicepresidente de Newell’s) para tener un poco el aval de él, que era algo que tal vez no hacía falta, pero yo tenía mis miedos y la charla fue excelente. Después lo publiqué en las redes sociales, al día siguiente fui al club y fue igual que el día anterior. Mucha gente también valoró lo que había hecho. Lo que para mí era el último paso, también era el primer paso de una nueva etapa, que era empezar a ayudar a otros que pudieran estar en una situación similar. Por eso también impulsamos la secretaría de género y diversidad en Newell’s. En este sentido empezamos un ciclo de charlas en conjunto con AFA, para contar un poco lo que fue mi proceso y buscar llegarles a las personas que puedan estar atravesando un proceso similar y ayudarlos. En las charlas planteo construir “Matías”, que es uno de mis mejores amigos, que fue a la primera persona que yo se lo conté y lo naturalizó desde el primer momento. Celebro un montón que hoy el club pueda contar con este espacio.
Dijiste que tenías miedo a que te peguen o que te insulten, ¿tan jodidos somos todavía como sociedad?
Era un fantasma que yo tenía, pero la realidad estuvo lejos de ser así. A veces no es que siempre existe un prejuicio o una discriminación, sino también uno se lo genera. Igualmente el fútbol es un ambiente cerrado y machista y eso está muy claro, pero sí lo que digo es que yo mismo alimenté una cosa que tal vez no era tan grande.
En otros deportes hay muchos deportistas que se animan a contar sus historias en cuanto a su preferencia sexual, pero en el fútbol argentino especialmente esta situación es totalmente infrecuente. ¿Cómo lo ves? ¿Con el paso del tiempo cambiará?
Seguro. Ya hay mucha gente más joven que directamente no tuvo que salir del clóset (armario) porque nunca estuvo adentro. Lo tomó natural siempre. Siempre comento en las charlas que uno ve hoy en día los debates de la ley del divorcio y es totalmente atemporal. Después uno observa los debates del 2010 de la ley de matrimonio igualitario y ya es una figura totalmente instaurada. De acá a uno años crear dentro del club una secretaría de género y diversidad no será necesario porque la participación de mujeres y personas con otra orientación sexual será totalmente natural. No hará falta dentro de los clubes hacer secretarías especiales. Noto que mucha gente ya por el contexto y las nuevas generaciones lo vive como algo habitual. Por ejemplo, yo a un amigo siempre le decía muchas gracias por haberme bancado en este proceso y él me decía que al contrario, gracias vos por haberme ayudado a deconstruirme a mí. Estos espacios dentro de los clubes, como pueden ser Newell’s o Central, es algo enriquecedor porque somos los dos clubes más importantes de la ciudad.
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