La Lepra arrancó el partido presionando con un 4-2-4 sumamente efectivo(cosa que no pudo sostener y cambió en el segundo tiempo), y desde el juego asociado profundizar a espaldas de los defensores con el gran acierto de proponer en esa tarea a Palacios, dejar a Maxi suelto, a Pablo Perez dirigir la batuta, y entre todos buscar los espacios. Esto fue gran parte del cotejo.
La de Palacios a los 4′ fue la identidad del partido. Busca las espaldas y logra partir habilitado gracias a un pase majestual de Lema, se la pica al arquero y el travesaño evita un gol que pudo haber cambiado la historia desde el arranque. Como la de los 26′ en la que trepa por la banda Orihuela(de buen partido), se tira más al centro llegando al área, y filtra otro pase a espaldas de los defensores para que Palacios defina y lamentablemente no la puede dominar.
Hasta los 38′ se vio a un Newells muy concentrado, inteligente, con menor tenencia de lo que suele plasmar; pero jugando de igual a igual, entendiendo que había que marcar y presionar alto para no dejarlos jugar, adelantando líneas y con el sistema táctico mencionado. Esto se desmoronó cuando llega el gol de Racing en el mismo minuto. La Lepra quedó en otra sintonía. Aunque no se dio por vencido, quiso llegar otra vez antes del entretiempo y a los 40′ de la mano de Leal por el sector izquierdo, rueda un pase hacia el medio para el Kiwi, el mismo mueve el balón de la misma manera para Pablo Perez; y metió terrible gol desde afuera que no fue cobrado por offside de Leal. ¡El galgo seguía corriendo al conejo!
Newells arrancó el ST de otra manera, otra forma de marcar y con el aguante de apretar los dientes porque los primeros 15′ el rival se venía con munición demasiado pesada. Claro que, el equipo de Kudelka, ya había avisado a los 10′ con un cabezazo de Bittolo martillando solo contra el arquero y sale defectuoso por un costado.
A los 15′ se empieza a despertar la Lepra y a los 16′ el arquero rival le quita un cabezazo a Lema que parecía romper la red. El equipo comienza a motivarse, se adelanta, y a los 20′ luego de un rechazo viene el antológico gol de Palacios que corrió media cancha a pleno encendido de nafta; dejando en claro que el gran problema en ataque seguía en sus pies. ¡El cilindro más picante y alentador lo poseía él!
Luego del gol comienzan a equilibrarse los peligros en ataque, se jugaba con gran intensidad y queriendo ganar; pero la suerte no ayudó, más allá que lejos de subestimar al rival, Aguerre también salvó en algunas ocasiones a la tripulación de Frank. Tuvo atajadas determinantes que lo posicionaron como unas de las figuras junto a Palacios.
Fue un partido que se podía ganar pero también se podía perder. Igual el equipo no se achicaba y más allá de que en los últimos minutos se para de contra, agasapado y concentrado, sabía que alguna le podía quedar, y a los 41′ otra vez de la mano de Palacios, tuvo la misma jugada del gol; pero se le escapa a un metro del segundo palo. ¡Era el mismísimo póker del triunfo pero se le volaron las cartas!
Otro partido inteligente de un equipo que de seguir así tiende a no sufrir más. Se observa otra página de la historia. Comienza a rebelarse en un fran porcentaje el proceso de trabajo por Fran Kudelka desde el convencimiento y la tranquilidad de cada posición y jugada. De cada estrategia cambiante memorizada y ejecutada con precisión. Y, fundamentalmente, haciendo hincapié en que lo grupal va dando sus frutos sobre lo individual.
Gran partido de la Lepra para seguir trabajando con tranquilidad de cara al próximo partido de local en donde estará ese plus característico del ensordecedor aliento de los famosos 40.000.
(Por un fútbol sin violencia)
Imanol Gallego Fosco