De cara al próximo duelo por la liga local ante Belgrano, Newell’s tendrá que afrontar la difícil misión de disimular la ausencia obligada de Juan Sforza, quien no podrá jugar el sábado en Córdoba por haber llegado al límite de tarjetas amarillas. Un desafío que no le resultará sencillo.
Con perfil bajo, sin estridencias, el volante central leproso se convirtió en una pieza insustituible dentro de la columna vital de funcionamiento de este Newell’s, que en los últimos tres partidos encontró su mejor versión desde que asumió Heinze.
Porque juega y hace jugar a los demás, la figura de Sforza se posicionó como un valor de ascendencia referencial dentro de un plantel con muchos jóvenes, que intentan reflejarse y proyectarse en su conducta y en sus producciones.
Un cinco elegante, de buen pase inicial, que no necesita apelar al cuchillo entre los dientes y a la pierna fuerte para despertar aplausos y reconocimientos en las tribunas. Un auténtico producto de la cantera que atraviesa su mejor momento en la primera rojinegra. Tiempos de consolidación que seguramente lo llevarán muy pronto a alguna liga importante de Europa.
Y, como casi todo en la vida, se valora más cuando no se tiene. En los 15 partidos que disputó Newell’s en esta temporada, Sforza arrancó en 12 ocasiones como titular, una sola vez fue al banco (ante Claypole por Copa Argentina) y dos veces no estuvo disponible por una lesión que sufrió tras el duelo con San Lorenzo (esguince de tobillo), que casi lo margina del clásico.
En las tres veces que no actuó de arranque, el conjunto leproso lo sintió demasiado, y el cuerpo técnico no consiguió armar alternativas tácticas o nombres propios a la altura de esa necesidad. Las variantes de pizarrón no alcanzaron a disimular su falta. Y eso lo tienen muy en claro Heinze y sus colaboradores.
A fines de febrero, el Gringo apeló a una rotación masiva, con 10 cambios en relación al partido anterior en aquel fatídico debut por Copa Argentina, que terminó con eliminación ante Claypole en San Nicolás. Esa apuesta con marcado acento alternativo no derivó en una puesta en escena confiable. Y terminó en un tremendo cachetazo aleccionador.
En ese momento, el entrenador decidió ubicar a Pablo Pérez como único volante central, pero no pudo ordenar y organizar el trámite de un partido que nunca estuvo dentro de las conveniencias de Newell’s. Muchas modificaciones juntas (apellidos y cambios tácticos) se devoraron las intenciones de empezar a hacer camino en una competencia siempre esquiva para la lepra. A Pérez le costó entrar en ritmo y tomar las riendas. El equipo fue un manojo de nervios ante un rival de Primera C y no hubo reacción durante el cotejo. Sforza entró en el complemento, pero Newell’s estaba muy aturdido y nunca encontró un revulsivo.
Más de un mes después, una lesión en el tobillo derecho lo obligó a estar afuera dos cotejos. En ambos casos Heinze lo reemplazó desplazando a Iván Gómez a la posición de volante central. Más allá del despliegue, la dinámica y la predisposición del exPlatense, fueron dos pálidas actuaciones de Newell’s, dos pasos en falso que sirvieron para dimensionar la importancia de Sforza. Esa línea media no cortaba, no jugaba y en esos duelos se perdía en una peligrosa intrascendencia.
Contra Estudiantes, Newell’s puso en el medio a Montenegro por derecha, Gómez por el medio y Ferreira por izquierda (luego reemplazado por Portillo), y la derrota 0-3 en La Plata calificó el rendimiento rojinegro.
Y en el debut por Sudamericana ante Audax en Chile mostró otra floja versión de conjunto. A pesar del gol del pibe Aguirre y la victoria agónica, la lepra solo rescató el resultado a favor. La producción futbolística seguía en deuda y la reacción, el salto de calidad no aparecía.
En Rancagua, Heinze armó el medio con Montenegro (Portillo), Gómez (Esponda) y Ferreira. Y el funcionamiento continuaba sin aparecer.
En Córdoba deberá agudizar el ingenio.
Las alternativas
Pensando en las alternativas que está barajando Heinze para sustituir a Sforza en la visita al pirata cordobés, todo indica que las primeras fichas que siguen apareciendo en este tiempo de decisiones son las de Iván Gómez y Marcelo Esponda, en ese orden de preferencias en el Gringo.
Si bien la apuesta por el ex Platense no funcionó en La Plata y en Chile, lo cierto es que el Gringo es de esos entrenadores que sigue afirmando gestos de apoyo para sus dirigidos. Lo hizo en momentos más complicados de Newell’s y todo hace presumir que repetiría esa conducta en esta etapa de crecimiento de su equipo.
Hoy los aires que surcan Bella Vista solo arriman serenidad y guiños positivos de complicidad. Atrás quedaron los cuestionamientos luego de la eliminación de Copa Argentina, y lo exhibido en los últimos tres partidos otorgan mejores márgenes de maniobra.
Teniendo en cuenta las ausencias obligadas de Sforza (por amarillas), Mansilla y Montenegro (por lesión), una posible formación para el sábado sería con Hoyos; Mosquera o Méndez, Ditta, Velázquez, y Pitton; Portillo, Gómez o Esponda, y Ferreira; Aguirre, Recalde y Pérez Tica.
Este viernes el plantel rojinegro realizará la última práctica en el predio Bella Vista en turno matutino. Luego de esos trabajos de entrenamiento viajará rumbo a Córdoba.
Fuente-ovacion03