Un notable goleador entre el final de la década del ’70 y principio del ’90 del siglo pasado fue Víctor Rogelio Ramos que, utilizó la playera de Newell’s Old Boys de Rosario y Unión de Santa Fe, anotando 117 goles en 275 partidos de primera división de la Asociación del Fútbol Argentino, el segundo máximo artillero de la provincia. Además se desempeñó durante una temporada en Nueva Chicago en el Campeonato Nacional “B”.En 1984, el Newell’s lo transfirió al Nantes de Francia en la suma de 620 mil dólares; una racha de lesiones le impidió alcanzar regularidad en la institución gala que al año siguiente lo cedió al Toulón, donde cumplió satisfactoriamente, regresando al club de sus amores tres años después, donde fue parte del equipo que se consagró campeón en 1987-1988 en 38 partidos, 21 triunfos, 13 empates, cuatro derrotas, 55 puntos, 68 anotaciones a favor, 22 en contra, utilizando solamente 16 futbolistas.
Goleadores leprosos
En la nómina de la decena de notables goleadores leprosos figuran el desaparecido extremo derecho nicoleño Santiago Santamaría 90 conversiones; Alfredo Domingo Obberti 89 goles, Roque Raúl Alfaro 72 conquistas; René Alejandro Pontoni 58; Sergio Apolo Robles 64, Sergio Almirón 62; José Belermino “Conejo” Canteli 60 dianas en 76 partidos, el más alto promedio de la historia); Ariel Cozzoni 57 y Mario Nicasio Zanabria 57 goles.
Trayectoria
“Condorito” comenzó a jugar en Río Negro como volante central en la Asociación Rosarina, además representó a Juan XXIII, dirigido por el técnico Santángelo, clasificándose como el mejor del país en la categoría “A” de los Campeonatos Infantiles “Evita”, celebrados en 1975 en Embalse Río III (Córdoba), volante central, capitán y goleador, reclutándolo, durante esa competencia, Raúl Antonio Miralles el otrora defensor de Newell’s (99 partidos, un gol) para la Lepra.
Su primer tanto en Primera División fue el 8 de julio de 1979 en la penúltima fecha del Metropolitano, en la goleada de Newell’s 5 a 1 frente a Huracán (dos de Santiago Santamaría y de Roque Alfaro, uno de penal).
En el Metropolitano de 1983, Newell’s fue noveno, en una campaña irregular, sin embargo “Condorito” Ramos fue el principal artillero de la competencia con 30 anotaciones en 38 juegos.
Las notables actuaciones determinaron que el flamante técnico de la selección nacional, Carlos Salvador Bilardo lo convocara para actuar en el combinado argentino que disputó la Copa América, con la camiseta blanquiceleste lo hizo en 10 cotejos con una anotación.
Newell’s campeón
Newell’s se clasificó campeón en el torneo de 1987-1988 con una de las mejores formaciones de su rico historial, dirigido por la emblemática figura de José “Piojo” Yúdica, ocasión en que el destacado delantero Víctor Ramos conquistó tres goles en 21 cotejos, con todos jugadores surgidos de la cantera leprosa, donde se destacaban, entre otros, Norberto Hugo Scoponi, Fabián Arrmando Basualdo, Jorge Remigio Pautasso, Roberto Néstor Sensini, Jorge Walter Theiler, Roque Raúl Alfaro, Juan Manuel Llop, Gerardo Daniel Martino, Juan José Rossi, Gustavo Abel Dezotti, Abel Eduardo Balbo, Ariel Osvaldo Cozzoni, Sergio Bernardo Almirón, etc. Además “Condorito” Ramos integró el conjunto del Parque Independencia que en forma increíble y sorpresiva perdió ante Nacional de Montevideo la final de la Copa Libertadores de América.
En la temporada siguiente pudo concretar en los dos torneos 9 goles en 30 partidos, donde por única vez la reglamentación decía que en caso de empate había que ejecutar penales. El ganador de los 90 minutos recibía tres puntos, el de los penales dos y el que perdía en esa definición, uno.
“Era una ardilla para los arqueros”
De acuerdo a lo expresado por Nery Alberto Pumpido, arquero campeón del mundo con Argentina 1986 en México, que se iniciara en las inferiores rojiblanca actuando luego en Vélez Sarsfield y River Plate y fuera director técnico de Unión, Olimpia vencedor de la Copa Libertadores de América e Intercontinental y Newell’s Old Boys, entre otros, explicaba que “Ramos se movía como una ardilla, difícil para los arqueros, porque aparecía sorpresivamente y para los porteros era demasiado tarde para reaccionar”. También reconocía que “Ramos la metía siempre abajo, donde no le gusta a ningún arquero”.
El periodista de la revista “El Gráfico”, Julio C. Pasquato consignaba que “Ramos no hizo tantos goles por ser solamente oportunista; tenía el olfato de los que siempre quieren aprovechar el menor descuido; pero además, sabía jugar; tenía talento, mataba y despedía la pelota instantáneamente. No tiraba al arco simplemente; la ponía en los rincones, donde duele; con la certera frialdad de José Francisco Sanfilippo o de Angel Amadeo Labruna”, explicaba Juvenal.
“Condorito” Ramos aseguraba que como José Rafael “Toti” Iglesias y Miguel Angel “Fantasma” Benito no se ponía nervioso. “La mayoría de los goles venían por jugadas o desbordes de (Sergio Omar) Almirón, que el Negro terminaba con centro al primer palo o al punto del penal”.
“Lo puedo decir porque no otorgaba dar ventajas a nadie; el que sabía cuándo picar, era yo, sorpresa pura, lo demás es frialdad, no apurarse para recibir. Siempre hay que tirar al otro palo del portero y en lo posible abajo, donde más duele”, aseveraba el otrora notable goleador rosarino.”
Fuente-ellitoral