Una clara idea de juego empezó a asomar con respecto al sistema ofensivo, pero hubo problemas defensivos, los cuales en Newell’s parecen ser letales. Igualmente, la asertividad y más que nada el convencimiento, dieron lugar a una nueva realidad que ya empezó a ganar.
Con la presión adjudicada y plasmada con 7 jugadores en campo rival, la lepra le dio comienzo a un juego prometedor. Sin tantas luces desde sus conductores-fundamentalmente de Castro- iba hacia adelante y se animaba a pesar de esa marca acérrima que no le permitía tener algún espacio para patear al arco. Pero, fue en cuarto creciente poco a poco.
Newell’s jamás dejó salir limpio al rival hasta los primeros 25 minutos. Recuperó mucho en 3/4 de cancha frente a un equipo bien plantado posicionalmente, y de la mano de Juro-su volante tapón-que supo raspar y estar atento en donde debía estar cuando no tenía la pelota; la lepra podía llegar. ¡Entró muy enchufado y era imprescindible gracias a la ayuda del Aviador!
Newell’s pudo torcerle la mano en el mediocampo. Esa era la clave y en gran parte el equipo lo hizo. Sin actuaciones sobresalientes más que la de Juro(quién salió a los 33’ lesionado por Sforza) había una gran propuesta colectiva de ir siempre hacia adelante pero sin fallar atrás. ¡Equipo corto para recuperar, presionando y llegando!
Eso fue muy importante ya que no aparecía ni Nacho, ni el Churry, ni Sordo-en ataque-; ni Escobar y Bittolo lastimando por las bandas. Era el único lugar donde la lepra era dueño y alcanzaba para meter al rival en su campo. Sin tanto juego, pero con algunos destellos que de a poco se iban notando.
El primer intento del equipo vino desde un remate de Castro de afuera del área a las manos del arquero. Es lo que buscaba el Negro previo al cotejo y se notó. El segundo intento desde afuera del área lo tuvo Cacciabue a los 15’. Y, también se empezó a ver otra arma, como parte de la idea en general, que era intentar por arriba y antes de esta última jugada se le escapa a Juro de cabeza y se va por encima del travesaño a los 8’.
La lepra siguió siendo obsecuente con sus convicciones y se vuelve a notar lo mencionado cuando a los 26’ Cacciabue revienta el travesaño. Claro que, con la mala suerte y la desatención defensiva, rápidamente llega una contra y Newell’s injustamente se encuentra 0 a 1 abajo. Pero, eso no intranquilizaba ya que el equipo venía imponiendo respetablemente una idea agresiva y prometedora. Había una presión que ahogaba al rival, y con eso la lepra iba agarrando el timón.
El reflejo agresivo para recuperar alto y salir rápido, se pudo ver bien práctico en una salida de Lema, donde existe una triangulación por la banda derecha donde gana Nacho en profundidad logrando una infracción como en muchos otros momentos posteriores.
Newell’s después del primer tanto del rival entró en una meseta futbolística pero sin negociar la actitud bajo ningún punto de vista. Aunque, se notó que les afectó. Para colmo a todo lo aceptable impuesto por el local, se le suma un segundo gol en contra a los 45’. ¡Había mucha bronca por los malos retrocesos de la defensa pero faltaba la segunda parte!
Empieza el 2do tiempo y Newell’s seguía con graves problemas defensivos y sin juego. Muy flojo el partido de los laterales que dejaban expuestos a Lema y Mansilla(quien más cumplió pero su rendimiento fue bajo). Ya no estaba Juro y Sforza no pisaba fuerte. Con lo cual el rival comenzó a apostar fuertemente a concretar su tercer tanto buscando espacios a las espaldas de los defensores, ya que Newell’s seguía fiel a ser cazador y no presa.
Pasados los primeros 10’ minutos el equipo se afirma gracias a los cambios que hizo Gamboa. Compagnucci por Escobar(quien parecía estar en otro lado) y Garro por Sordo(de gran desgaste). A esto se le suma que Castro comenzó a moverse más, a limpiar jugadas y empezó a conducir de una manera muy interesante, de gran acople con todos, pero fundamentalmente con Nacho; y la pelota parada empezó a ser letal. Al igual que la propuesta de jugar bien abierto por la banda derecha. ¡Enorme acierto del Negro Gamboa!
Ni lentos ni perezosos asimilan aún más su rol de ganadores. Y, a los 16’ llega un gran centro de Castro para que Compagnucci cabecee sólo en el área chica y concrete el descuento. Newell’s golpeó en el momento justo y eso hizo trastabillar mentalmente al rival.
De manera muy rara-aunque obvia por arriesgar- viene una contra a los 27’ del rival. Newell’s contaba con 4 jugadores y la T con 2. Llegaron, y por mística de un más allá la pelota choca las astas con el travesaño. ¡Otro indicio para los jugadores que el descuento estaba al caer ya que ese gol era inerrable!
Sólo les faltaba acertar nuevamente porque seguía el empuje y el equipo confió aún más de que podía llegar el empate. Lo anímico era lo más importante y, tal es así, que recupera nada más y nada menos que Nacho barriendo al rival, toca en profundidad para Garro, tira el centro, intenta el Churry y se va al córner. Castro se encarga nuevamente de la pelota parada, parece haberla lanzado para Lema y para la sorpresa de todos cabecea Garro y mete el empate 15 minutos después del primero ¡Se desorientaron los corazones y comenzó el hambre por gula!
Se desató otro paralelismo de confianza, si bien estaban bastante cansados, y la lepra ya tenía su lanza preparada para estocar. Se vio un gran aluvión catapultado por corazones ardientes y el equipo logró concretar su 3er gol-otra vez ejecutado por Castro-de la mano del Churry para conmemorar su tan ansiado remonte. ¡Newell’s lo da vuelta pero faltaban más de 15 minutos!
El Negro dio la indicación de no tirarse atrás y el equipo corrió hasta el último segundo para llevarse los 3 puntos. Este partido se lo lleva Gamboa por muchos factores: Depositó su confianza en Castro. Se notó la pretemporada que ideó. Acertó en los cambios. Confío en su “estilo” todo el tiempo. Y, cuando no se pudo jugar, Newell’s no renunció nunca a raspar y raspar. ¡La lepra le torció el brazo a su antigua maquinaria!
Imanol Gallego Fosco