En un Newell’s que todavía no luce, ninguna de sus piezas alcanzó todavía su máxima expresión. Pero en ese trance de oscuridad, uno que siempre se anima a echar luz sobre este tipo de escenarios complicados es el pibe Brian Aguirre. Aún lejos de brillar, a puro desparpajo y gambeta, parece que—después de mucho insistir— el extremo se ganó un escalón de reconocimiento ante el ojo del Gringo Heinze.
Al juvenil surgido de la cantera leprosa le costó todo en este torneo, ya que tras la severa lesión de Panchito González, la primera opción como delantero abierto fue Jonathan Menéndez, pero Aguirre no bajó los brazos y siguió dando lucha, con la irreverencia que le otorga su edad y su estilo.
En este equipo en el que nadie se anima con seriedad a las chances de gol, este jugador es el que más se atreve a encarar, trazar diagonales y se decide a rematar al arco, rasgos que lo distinguen del resto.
Pero el aporte de Aguirre en esta liga, a pesar de haber jugado muy poco todavía, apenas 150 minutos, empieza a tornarse clave. El pibe realiza las pelotas detenidas, se destaca en el rol de asistidor y también es uno de los que más se anima a protagonizar situaciones en ataque.
Fuente-ovacion08