Dudas en la defensa

La expulsión de Jherson Mosquera en el cierre del partido ante Tigre obliga a Gabriel Heinze a tener que meter mano nuevamente en la defensa de cara al choque con Arsenal. Esta circunstancia representa un escenario repetido en las huestes rojinegras. Exhibe un sistema de recambio al que apostó el Gringo para dar batalla en todos los frentes, pero también expone su innegociable (y discutible) inclinación a diagramar todas sus propuestas de acuerdo a las características del rival. Ese intento refleja además una problemática que se fue acentuando en los últimos compromisos y una búsqueda que todavía no encuentra nombres propios a la altura de otorgar garantías de confiabilidad.

Este Newell’s sufre atrás y por eso no pudo recoger cosechas gruesas en los últimos pleitos de la disputa local. Muchas veces termina tirando por la borda su propio esfuerzo. Y esa postura atenta contra sus chances de crecer como expresión colectiva y contra sus aspiraciones de ser protagonista.

Para comprender el marco de permanentes modificaciones que acompaña el tránsito leproso, vale destacar que en los 19 partidos que lleva la temporada completa (incluyendo Liga, Copa Argentina, y Sudamericana), el entrenador utilizó 10 combinaciones nominales distintas para conformar la defensa.

Durante ese proceso arrancó 15 veces con línea de cuatro, y en cuatro oportunidades con tres atrás. Eso revela que no se ata a recetas similares en cada oportunidad. Todo lo contrario. Pero esa política de cambios en estado de permanente continuidad muchas veces impone tantas variaciones que termina conspirando con la dosis de seguridad que necesita el futbolista.

Esa apuesta de Heinze claramente no derivó en mejores rendimientos de ninguno de los integrantes que traía la defensa del certamen anterior. La actualidad de Velázquez y de Ditta dista mucho de lo que fueron hace poco tiempo atrás. Ya no se sienten piezas vitales, se sienten alternativas.

Las pruebas en la pretemporada, cambiándolos de la posición en la que rindieron en el campeonato pasado, y la permanente idea de buscar un zaguero de perfil zurdo como segundo marcador central limaron la confianza de todos.

De los que vienen del ciclo anterior, solo Méndez se muestra con curva levemente ascendente en su rendimiento, y fue quien estuvo a punto de tener que buscar club porque no era tenido en cuenta. El uruguayo se reinventó solo.

Y los que vinieron como refuerzos, ninguno representó un aporte de gran valía. Mosquera no trasciende en ataque, tampoco cierra atrás y genera faltas en contra muy peligrosas. Ortiz no da la talla cada vez que le toca entrar al ruedo. Y ni Pittón ni Martino, por el costado izquierdo demostraron ser más que lo que había en el club del Parque.

Hasta ahora, todas las variantes que usó Heinze no derivaron en un estado de mayores seguridades para Newell’s. Y por eso deberá replantear si esa metodología lleva al camino correcto. Al menos con estos jugadores. Contra Arsenal, se presenta una oportunidad ideal para recuperar la confianza perdida.

Fuente-ovacion02

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