Maxi Rodríguez se perderá el amistoso de mañana contra San Lorenzo. Fernando Gamboa lo dijo ayer en conferencia de prensa. El motivo es el edema en el sóleo que ya le impidió jugar el primer ensayo de la pretemporada, contra Unión en el Coloso. El capitán de Newell’s entrena diferenciado desde la semana pasada y desde el cuerpo técnico no existe ningún interés en apresurar los plazos de recuperación y que termine siendo contraproducente. A dos semanas del debut, empieza a ser muy complicado que la Fiera vaya a estar disponible para el inicio de la competencia oficial.
“Maxi tiene un problema en el sóleo. Lo viene arrastrando desde la otra semana. Lo ideal, que hablamos no solo con Maxi sino con todos los jugadores y el cuerpo médico, es no apresurarse. Hablé con Maxi y me dijo: «Negro, estoy incómodo. Nunca me pasó algo así». Le respondí que estuviese tranquilo, que toda recuperación lleva un tiempo y que no hay que apurarse”, contó Gamboa.
Por las características de la lesión, no existen plazos médicos precisos sobre su vuelta a las canchas. Gamboa prefiere ser precavido, “Lo que hablo con el cuerpo médico es que los jugadores que se lastiman tengan la recuperación que deben. Y después, en el momento de meterlos en la cancha, que empiecen a crecer de a poco hasta llevarlos al máximo de su rendimiento físico y futbolístico. Y no hacerlo antes de tiempo y que tengamos un retroceso”, dijo.
“A veces, por querer ganar dos días de recuperación, de pronto el jugador se mete en la cancha y se siente bien. Pero a lo mejor en el segundo o tercer día le puede llegar a pasar lo mismo, por no haber cumplido con las etapas de recuperación que tenía que cumplir”, alertó.
La lesión de sóleo, músculo ubicado debajo de los gemelos, que sufre Maxi es una de las más complejas para su tratamiento, según el médico español Pedro Luis Ripoll, director del centro médico que lleva su nombre y que fue acreditado de excelencia por parte de la Fifa. “Esta lesión dificulta enormemente su exploración clínica, puesto que es muy difícil llegar hasta él con las maniobras tradicionales que emplean los médicos”, explicó el médico a la agencia española EFE.
“Tenemos dificultades para hacer un diagnóstico clínico radiológico, pero además las lesiones del sóleo no muestran nunca la gravedad que tienen al principio y con frecuencia el futbolista en dos o tres días cree haber superado la lesión. Entonces vuelve a la práctica deportiva y la lesión se pone de manifiesto”, dijo. Y agregó que en esta clase de lesiones, el futbolista en ocasiones es el que decide cuándo volver a jugar, según “sus sensaciones, a veces incluso en contra del criterio médico”.
Maxi ya tuvo que superar el mal trago de perderse los últimos cuatro partidos del semestre, de la Sudamericana y Copa Argentina, debido a la distensión en el cuádriceps derecho que lo obligó a dejar el campo de juego contra Sarmiento (1-1) en el Coloso, el 9 de mayo, por la Liga Profesional. La felicidad por el gol que convirtió ese día se transformó en fastidio al verse obligado a dejar el campo de juego.
Con entereza se recompuso esa vez, entrenando solo en Bella Vista para llegar en la mejor forma física a la pretemporada, mientras el resto de los compañeros tenían dos semanas de descanso. Ahora una nueva lesión pone a prueba su temperamento y sus ganas de seguir jugando, justamente algo que por lo visto tendrá que esperar un poco más allá del inicio del torneo.
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