“El banderazo es una expresión popular única y genuina del hincha”

Hoy volverá a repetirse el ritual que aglutina a todo el pueblo leproso: el banderazo. Esta tarde, a las 18, se abrirán las puertas del Coloso Marcelo Bielsa para que los hinchas rojinegros le brinden la última muestra de apoyo al plantel de cara a lo que será el gran clásico del domingo, a las 14, ante Central, en el Gigante de Arroyito, por la séptima fecha de la Copa de la Liga Profesional. El Parque volverá a ser una fiesta de pasión en la vigilia del derby rosarino, en una demostración de amor a la camiseta inédita en el mundo, que se repite desde hace más de 25 años.

  La historia del banderazo se remonta a 1996. Newell’s jugaba de local en cancha de Central, mientras construía la platea superior en el Coloso, la que da espaldas al Museo Histórico Provincial Julio Marc. Previo a ese choque comenzó la leyenda. El jueves 20 de junio de ese año (el clásico se disputó el 23 de junio), un grupo de hinchas organizó un “banderazo en apoyo al plantel”. Fue el puntapié inicial.

  El partido culminó con un 2 a 0 a favor de Newell’s y fue suspendido por incidentes cuando el rojinegro debía patear un penal a favor en Arroyito. A partir de ahí los hinchas leprosos lo adoptaron casi como una de sus cábalas de cara al partido más trascendente para la ciudad. Esta muestra de afecto hacia la camiseta perdura hasta nuestros días.

Justamente ese clásico tras el banderazo fundacional lo ganó la lepra 2 a 0 y se suspendió por incidentes con la parcialidad canalla cuando Raggio iba a ejecutar un penal.

Newell’s alistó a: Sebastián Cejas; Rodolfo Gustavo Aquino, Gustavo Raggio, Gustavo Siviero y Daniel Fagiani; Jorge Priotti, Hernán Franco, Damián Manso y Lionel Scaloni (actual DT de la selección argentina); Iván Gabrich y Bruno Marioni. Fueron suplentes: Juan Carlos Gambandé, Diego Crosa, Fabián Basualdo, Gastón Liendo y Osvaldo Canobbio. El DT era Mario Nicasio Zanabria. El árbitro fue Aníbal Hay. Y los goles los anotaron Gabrich (29’) y Marioni (54’). Fueron expulsados en Central, a los 61’, Da Silva por juego brusco y a los 64’ Carbonari. Y fue suspendido por incidentes antes de que Newell’s ejecute el penal.

Así, año tras año esta muestra de apoyo al equipo leproso se fue acentuando y creció en efervescencia. Se convirtió en un verdadero ritual pagano y popular. Se trata de una muestra de pasión por la camiseta única e inédita en el mundo. Que sea una fiesta entonces esta tarde en el Coloso.

 

“Es una expresión popular única y genuina del hincha”

Para describir lo que significa el banderazo, Gabriela Bodo, desde la secretaría de cultura de Newell’s, le confió a Ovación que: “el banderazo habla de la acción, de lo genuino, de la transferencia que el hincha hace con el equipo. Es respaldar a una amiga, a una hermana, a un amigo también, es darle el abrazo apretado y decirle: ¡Vos estás, nosotros te apoyamos! Ese banderazo humilde en su nacimiento allá por el ’96, pero cargado de “continente”: el Coloso y de “contenido”: la pasión. Una acción que nació siendo sencilla, pero que el significado de la misma trascendió tiempo y espacio, perteneciendo al hincha, más allá de credos y cábalas, y siendo un símbolo de identidad y pertenencia. Un sentimiento y expresión popular pionera, única y sobre todo genuina del hincha de Newell’s”.

Fuente-ovacion04

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