En la primera reunión que sostuvimos en febrero de este año al comenzar la etapa de pretemporada junto a Enrique Borrelli, Coordinador General de las Divisiones Inferiores, con todos los futbolistas juveniles, formadores y entrenadores de Newell’s Old Boys de Rosario, dejamos bien en claro una idea sobre el perfil de futbolista que queríamos formar para la institución.
Esa idea no era nuestra, sino que surgía naturalmente de la lectura de la rica historia que este club tiene en formación de futbolistas, quizás como pocos en el mundo, sobre todo desde el regreso de Europa del Maestro Jorge Griffa allá por inicios de los años setenta cuando se convirtió en uno de los formadores más importantes de la historia del fútbol y según Marcelo Bielsa “La persona más importante de la historia de Newell’s”.
Luego de haber trabajado veinte años desde muy joven de manera consecutiva en diferentes clubes del fútbol argentino (Independiente, San Lorenzo, Argentinos Juniors, ahora Newell’s), me encuentro cada vez más convencido de que la formación de un futbolista no debe basarse solamente en los aspectos técnico, físico y táctico, es decir lo estrictamente específico que por sí solos son muy importantes, sino que debe ir más allá de esas variables, nos referimos al desarrollo de los aspectos mentales y socio-afectivo.
Es imposible escindir el proceso de entrenamiento estrictamente específico de los factores humanos y personales. Vivimos tiempos difíciles en lo que respecta a la formación de valores, nos referimos a palabras olvidadas como educación, humildad, solidaridad, respeto, confianza y honestidad. Todas ellas que llevadas a la acción tienen mucho que ver en la formación de una persona y por consiguiente de un deportista o futbolista.
Fuente-CANOB