“La gente no te va a recordar por el buen trabajo, sino por si ganás o perdés”

Sebastián Cejas es uno de los jugadores recordados por su estadía bajo los tres palos de Newell’s y la histórica transferencia a Roma, pero también por su personalidad y sinceridad a la hora de hablar que conserva intacta con el paso del tiempo. El ex arquero y ahora entrenador rememoró la recordada venta al club italiano, donde vivió un momento complejo con el ex presidente y fallecido Eduardo López y debió resignar (“presionado”) la mitad de la deuda que tenía tras vivir “un momento raro”; reconoció la molestia que le causó el ser catalogado “loquito” por su personalidad; destacó a Gabriel Heinze, quien aceptó dirigir a la lepra porque antepuso el “corazón. Hay otros ídolos que se llenan la boca hablando de Newell’s y se miran el ombligo”, y también opinó de lo sucedido con Franco Díaz tras sus dichos sobre Central: “Hay que tener cuidado cuando uno está en las redes o con una declaración. Hay una línea de liderazgo a bajar de que se representa a la institución 24×7”.

 

Terremoto siempre siguió ligado al fútbol tras su retiro en 2010 y a sus 48 años se encuentra dirigiendo a Sportivo Las Parejas con el fin de afianzarse como DT. En un impasse en su trabajo en el club que milita en la Liga Cañadense, en la charla distendida con Ovación, el ex arquero recordó aquella venta histórica a Roma en más de 7 millones de dólares tras una negociación difícil. “Para ese momento fue mucho dinero. Por ahí no tuvo la trascendencia que podía tener en el día de hoy porque los jugadores del interior no tenían mucho marketing como los de Buenos Aires. Más aún de un arquero y a Italia”, relató Cejas.

López era el presidente, un personaje muy complicado y dificil de llevar. Se habló en su momento de que te apretó mostrando un arma para dejarte ir. ¿Fue así?

Fue un momento raro. Compartí muchos momentos con él, fui capitán y tenía muchas charlas. El club tenía una deuda importante conmigo que venía arrastrando y era de 5 o 6 años. Esa deuda era insostenible y negociando llegamos a un acuerdo. Tuve que resignar el 50 por ciento para que se cerrara la venta a Roma. Sentí que le dejaba algo al club. Era un ciclo cumplido y el momento de partir. Se dio así, no como me hubiese gustado, pero eran momentos difíciles. Hay cuestiones, como dijiste, y otras que no se pueden contar, pero no fueron fáciles (se ríe).

Los jugadores, en muchos clubes, con tal de cerrar una transferencia para conseguir un futuro económico resignan dinero e incluso dejan el porcentaje que les corresponde a las inferiores. A veces va y otras no se sabe.

Digamos, ja. Es una manera elegante de decir. Las inferiores siempre siguen iguales, lamentablemente.

¿Cómo fue tu experiencia en Roma, donde no tuviste la continuidad pretendida?

Fue buena porque llegué en un momento histórico y con un plantel rico. En el inicio me costó adaptarme, no fue fácil. Después quería jugar y el club me dio la chance de ir a Siena. Esa fue la puerta para demostrar que podía jugar en Italia. Eso se lo agradezco a Roma porque me abrió y dio la chance de cumplir ese sueño de jugar en Europa. Para un arquero argentino no era fácil. Pasé por varios clubes y disfruté. Fue un sueño que pude cumplir.

Algo que sucede en general es que no se hacen amigos en clubes europeos, es compartir un trabajo y nada más.

El trabajo de grupo era importante, pero era diferente en ese momento a lo que estábamos acostumbrados a vivir. Nosotros hacíamos hincapié en el trabajo de grupo. Allá era entrenar, exigencia, rendir, todo muy profesional y nada más que eso. Hacer amigos no. Amigos me quedó uno en el fútbol y tres familias, pero no tuve esa oportunidad de relacionarme afectivamente porque se vive como un trabajo. Si sos profesional y trabajás te respetan.

Siempre fuiste considerado un tipo temperamental y, a veces, picante, ja. ¿Te peleaste con alguno?

Nooo, ja. Siempre fui una persona de personalidad fuerte, sanguínea, he tenido discusiones en un vestuario con compañeros y que moría ahí. Las injusticias las hacíamos notar, pero no era el loquito que todos decían. Esa calificación nunca me gustó y en Argentina era catalogado así. Tengo una anécdota sobre eso porque cuando fui a Colo Colo me llamó Claudio Borghi. Él me contó que habló con entrenadores y gente de Argentina que le pasaron referencias muy malas, que era loquito, peleador… No se quedó con eso, habló a Italia y le dijeron todo lo contrario. Y siempre fui el mismo, es decir respetaron mi trabajo más en Italia que acá.

¿Por qué es tan difícil dirigir o jugar en Central o Newell’s?

No lo veo tan así, veo que el entorno hace que esto parezca más difícil. Va en cada uno. Es cierto que dirigir Newell’s o Central en una ciudad muy pasional, competitiva y donde los dos equipos se necesitan, las redes han hecho que parezca complicado. Pero hay que tener un grado de inconciencia para hacerlo. Me parece que es importante que cualquier persona que venga a dirigir tenga un conocimiento de todo y no apartarte de eso. Y después lo que habla por uno mismo es el trabajo. Cuando uno analiza las cosas por el resultado no es análisis, sino hay que ver el proceso. Para la jerga popular si ganás servís y si no, no. Todo es muy extremista. He tenido épocas en Newell’s que se jugaba con público visitante donde me silbaban los visitantes y la hinchada propia, ja. También me han aplaudido en otros momentos.

Hay un ejemplo muy claro de lo que decís en cuanto a que todo es resultado y tiene que ver con Gabriel Heinze. Cuando llegó había un 99 por ciento de hinchas estaban de acuerdo y se fue no de la manera que hubiese querido como ídolo.

Es verdad, y por ahí hay ídolos que se miran el ombligo y no hacen nada. Lo que valoro de él, de Lucas Bernardi, entre otros, que se comprometieron con el club sabiendo que tenían todo parta perder. No les importó eso, el amor que le tienen esos muchachos al club es incondicional. Cuando le pregunté a Gabi sobre la decisión de venir a Newell’s si era deportiva o del corazón me dijo que era del corazón. La gente no te va a recordar por el buen trabajo que hacés o de qué manera, sino por si ganás o perdés. Para mí que se haya ido como se fue no me afecta porque valoro lo que fue, es y lo que será. El trabajo y la pasión que le metió. Se puede equivocar como todos, pero siempre puso a Newell’s por delante. Eso es lo que me molesta cuando escucho mucha gente diciendo que Newell’s es lo más importante, pero se miran el ombligo y no hacen nada. Eso me fastidia. Y esos son los más, por eso Newell’s hace 20 años que está así.

Mencionaste las redes que generan conflictos y hay un caso latente con Franco Díaz, quien dijo que era de Central y ese generó un gran debate. Por más que sea o no de otro club es un trabajo. ¿No es muy extremista todo?

No estamos preparados para eso. Hay que tener cuidado cuando uno está en las redes o con una declaración. Nos enseñaron que representábamos al club 24 7, no sólo cuando entrenamos o jugamos. Son valores que hay que marcar. Es una línea de liderazgo a bajar. Y tener cuidado en estas cosas porque vivimos en una ciudad pasional y es una vía de escape para muchos. Los chicos con las redes no son tan conscientes con lo que se enfrentan con una frase fuera de lugar. Los que portamos canas tenemos la responsabilidad de inculcar y bajar este mensaje porque el teléfono y las redes es lo de moda. En nuestra época nos poníamos mal si La Capital nos ponía un 2 o un 3. Nos poníamos mal y tomamos la decisión de no leer los diarios después de los partidos. Lo importante era que todos tenían nombre y apellido y putéabamos al que puso el puntaje, jaja. Hoy no sabés quién está detrás de las redes.

Fuente.ovacion06

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