Los principios para vivir bien, incluyen la capacidad de encarar los problemas con coraje, las decepciones con alegría y los logros con humildad. – Thomas S. Monson
Ni el poder, ni el dinero son los estandartes para convertirte en un buen hombre, esas virtudes se cocinan en la esencia del alma, valores eterios que se enquistan en tu corazón con olor a un buen hombre.
Hoy estas en la cúspide de tu terrenal vida, pero eso es solo el inicio de otra etapa de tu vida donde las obligaciones tienen tu permiso para que jueguen con el albedrio que tu responsabilidad a logrado flexibilizar en los sueños cumplidos.
Reflejándose en los tallarines de la nona has logrado mamar una crianza sana llena de buenas costumbres y un amor familiar que supo impulsarte al inicio de tu vida por construir, un buen hijo, unos buenos padres, la ecuación perfecta que te ayudo a resolver el teorema de tu vida.
El acuerdo al que llegaste con Dios es solamente conocido por las partes, y solo queda suponer que todo lo que lograste en el futbol es consecuencia de ese pacto celestial.
Mucho te costo llegar al día de hoy, sufrimientos, fracasos, pero nunca déjate de ser grande entre los grandes gracias a la humidad que supiste impregnar en tus acciones y equilibrar a lo largo de tu vida.
Hoy el eje fundamental es el que pasa por tu familia, el sostén de tus logros, aquellos que te convierten en ese buen tipo que hoy reflejas en tus acciones.
Tengo que pedirte perdón por mi egoísmo, pero quiero que seas mío, por ejemplo de vida, para alimentarme de tu humildad, para poder mamar tu generosidad hacia todo el que necesite algo de vos, por tus valores familiares, por el recuerdo de tu infancia, por ser el más grande de corazón, quiero que seas mío para poder estar bien despierto cuando puedas cumplir tu sueño mas antiguo, el retornar al lugar donde nunca te fuiste, donde los fideos de la abuela y el olor a potrero se entrelacen con ese olor a traspiración cuando vuelvas a usar la rojinegra con el número 10.
Hoy quiero que seas mío…Y del 75 % de nuestra ciudad, de nuestra Rosario.
¡Felicitaciones campeón, felicitación señor de la vida!
EL Beto