Un quiebre de cintura que hace más de una década que llegó para quedarse. Ninguna dirigencia estuvo a la altura con respecto a los clásicos y del lado de enfrente en lo único que pensaron fue en eso. ¡El domingo volvió el olor más nauseabundo y el olfato de la gente no falla!
Tan sólo en el primer cuarto de hora el sopla silbato no le cobra un penal a Nacho. ¿Se sabe por qué no? Supongamos que se equivocó. ¿Y las amarillas a Cristian Lema y a Pablo Pérez? También supongamos que se equivocó. ¿Equiparó algo? ¡Porque a eso lo suelen hacer los árbitros! Se quiso sacar el partido de encima, tal vez hubo visitas a algún despacho, y ¡Otra vez te condicionan un clásico!
Hay muchas conclusiones para sacar. Claro que, sin tantas pruebas-más que las vistas por todos y las mencionadas-pero sin tantas dudas. Jamás hubo peso en estos aspectos. Es antipático decirlo pero el señor más oscuro de la historia(Eduardo López) jamás dejó el mínimo detalle al azar. ¡El mismo ya se ocupaba de todo y no negociaba ni la pirotecnia!
¿Cómo puede ser que desde que llegó la democracia sólo se ganaron 2 clásicos? ¿Cómo puede ser que mucho de los arbitrajes fueron violentos? ¿Cómo puede ser que no pudieron “gestionar” ese famoso clásico a realizar cuando la otra institución estaba en el nacional b? ¡Ellos no lo quisieron jugar y los dirigentes fueron tibios! ¿Cómo puede ser que no pusieron el fervor de hincha por delante y explicaron que cuando se suspendió el clásico de visitante fue porque hinchas de la otra vereda balearon los parrilleros del Coloso y el micro de Newell’s corría peligro?
Irse a la b debe ser un calvario muy difícil de remontar. Posiblemente quede la herida por siempre y se debe convivir con eso. Acaso, ¿han entregado los clásicos para que la ciudad se mantenga en orden? Porque hay cierres que no cierran y más aún cuando la lepra tenía el material futbolístico para ganar todo.
Columna de Imanol Gallego Fosco