El complejo de Juan Pinto Durán, en Santiago, es el complejo de la Selección chilena. En el 2007, Marcelo Bielsa fue elegido como entrenador de La Roja. Se trata de un hombre que dio la vuelta al mundo, con las mejores condiciones que se pueden ofrecer en el mundo del deporte. Pinto Durán no se encontraba en esa lista de elitismo.
Las duchas, frías. Camas individuales y una vieja televisión para los jugadores. El presidente de la federación era Harold Mayne Nicholls. Le dio la palabra a Bielsa: todo estaría a la altura en no demasiado tiempo.
El nuevo entrenador estuvo al mando de las renovaciones. Las camas, más grandes. Los televisores ahora eran plasmas. Mejores condiciones en los baños. Aire acondicionado. Calefacción. Había un spa, un gimnasio moderno y vestuarios espectaculares.
Y hasta una máquina para aliviar el jetlag de las figuras chilenas que debían cruzar el Atlántico.
Fue pagado –en parte- por Bielsa, a través de las cuotas que recibió por apariciones como orador en diferentes lugares.
Los cuartos de Bielsa no eran lujosos. Un simple cuadrado de seis metros con un crucifijo que colgaba sobre la cama, que se caería en algún momento por un terrible terremoto. Había aire, una TV, un baño. No mucho más.
Marcelo Bielsa vivió ahí 42 meses.
En sus tres años y medio al frente de Chile, Bielsa transformó no solo Pinto Durán sino la psicología de una nación. La Selección chilena tuvo demasiado tiempo un complejo de inferioridad que representaba que Argentina, Brasil o quien sea eran imposibles de vencer.
Chile jugó solo un Mundial bajo el mandato de Bielsa y perdió con Brasil en los octavos de final, pero lo que dejó no se puede medir con victorias o trofeos. Chile ganó la Copa América 2015. También en el 2016.
Chile sale campeón de la mano de Jorge Sampaoli, que siempre fue bielsista. Un título que no se podría haber dado sin los jugadores que el propio Bielsa puso al frente. Alexis Sánchez, Arturo Vidal y el resto de la generación dorada chilena impusieron una creencia, una disciplina, un coraje y una táctica nacida bajo las raíces del Loco.
Bielsa ya empezó a dejar su huella en Leeds United. En Thorp Arch, la casa del equipo inglés, las cosas también mejoraron. Bielsa –típico de él- tiene una cama en su oficina y los días de trabajo se volvieron especialmente largos desde que él se hizo cargo del puesto de entrenador.
El trabajo empieza temprano y termina tarde bajo el mandato de Bielsa. Su atención al detalle es legendaria, desde su obsesivo trabajo en el campo a sus largos análisis en video.
“Pretende que cada entrenamiento sea perfecto”, dijo Bill Tuiloma, quien jugó entrenado por Bielsa en Marsella.
“Cada toque y pase debe tener precisión. Creo que eso me ayudó a estar concentrado todo el tiempo, a estar preparado”.
Bielsa es conocido por repetir una y otra vez el mismo ejercicio hasta que los jugadores logran realizarlo de correctamente.”Fue intenso”, dijo Tuiloma. “Realmente intenso”
“Repite los ejercicios, simula situaciones de juego, luego vamos a los trabajos con pelota y entramos en la táctica, movimientos en la cancha y todo lo demás”.
“Realizamos todo tipo de movimientos, primero en defensa y luego en campo contrario. Todos los jugadores estaban listos y ansiosos por entrenar”.
El ex compañero de Tuiloma en el Olympique de Marsella, Benjamin Mendy, quien ahora está bajo la conducción de Pep Guardiola en el Manchester City, reveló en una entrevista para The Players Tribune la obsesión de Bielsa con la preparación de videos. El campeón del mundo con la Selección de Francia reconoció que a veces se quedaba dormido y tenían que despertarlo para prestarle atención a los análisis, pero luego se dio cuenta de su gran utilidad.
“A Mendy le gustaron sus videos”, dice Tuiloma, quien ahora está en la MLS con el Portland Timbers.
“Bielsa quería que todo estuviera perfecto. Le gustaba asegurarse de que supiéramos exactamente a lo que nos enfrentábamos, de que estuviéramos al tanto de todos los detalles del equipo contrario. Tuvimos que mantener la concentración y eso nos ayudó a comprender el juego.
“Su método de entrenamiento y análisis del rival es perfecto”.
Antes de llegar al Barcelona B, Pep Guardiola realizó un viaje a Argentina para asesorarse con varias personalidades del mundo del fútbol. Uno de ellos fue Bielsa
Pep era conocido por ser un admirador de los métodos de entrenamiento del argentino, quien, a su vez, había sido influenciado por el estilo del Barcelona que tenía a Guardiola en el mediocampo.
El catalán estudió los conceptos de Rinus Michels y Johan Cruyff, quienes se caracterizaron por promover un fútbol ofensivo, de largas posesiones y una intensa presión, estilo con el que la Selección de Holanda marcó una época en la década de los 70.
En su viaje a Argentina, Guardiola, quien estaba acompañado del director de cine David Trueba, visitó a Bielsa y ambos tuvieron una maratónica charla que duró cerca de 11 horas, en la que el Loco lo convenció de asumir el reto de iniciar su carrera como director técnico.
Guardiola, con dos ex jugadores de Bielsa como Mendy y Aymeric Laporte, siempre ha manifestado su admiración por el técnico argentino. De hecho, hubiera sido prácticamente imposible que Leeds United consiguiera la cesión de Jack Harrison sin la presencia del rosarino en el banco de suplentes.
“Leeds me llamó por Jack Harrison y luego lo hablamos con Jack. Le fue muy bien en la pretemporada, no lo conocía y quedé realmente impresionado”, dijo Pep.
“Siempre digo que cuando tienes espacio en el primer equipo, debes quedarte. Pero si no hay oportunidades, tienes que irte. El mejor lugar para tener minutos es la Premier League o el Championship. Por el estilo de Marcelo, creo que Leeds es perfecto para potenciar el enorme talento de Harrison”.
“Por la forma de jugar de Marcelo, creo que Leeds es perfecto para Harrison”
Leeds tuvo la oportunidad de disfrutar del talento de Harrison en el debut ante Stoke City en Elland Road, donde se pudo apreciar la mano de Bielsa en el equipo inglés. Luego, en la segunda fecha del Championship, los dirigidos por el rosarino aplastaron a Derby County por el marcador de 4-1.
“Siento una gran admiración por Marcelo, como entrenador y como persona. Con suerte, estoy seguro que puede hacer un buen trabajo en Inglaterra. El fútbol está abierto a distintos estilos y formas de ver el juego”.
“Si todos los técnicos tuviéramos las mismas ideas, sería muy aburrido. Tener a Bielsa en el fútbol inglés es una extraordinaria noticia”
Muchas de las estrellas del fútbol argentino han tenido que luchar contra viento y marea para salir de la pobreza extrema y llegar a la cima. La familia de Bielsa tenía un buen pasar económico, cómodo. Su abuelo escribió gran parte de la Ley Administrativa de Argentina. Tiene calles que llevan su nombre en Buenos Aires y en la ciudad natal de la familia, Rosario.
Los Bielsa no eran, y siguen sin serlo, una familia futbolera. El padre de Marcelo era abogado. Su hermano Rafael es un ex Ministro de Relaciones Exteriores. Su hermana María trabajó en el gobierno y también es arquitecta. La familia siempre tuvo dinero y Marcelo no necesitaba convertirse en jugador de fútbol. Simplemente quería.
Puede que no haya tenido la habilidad ni la técnica, pero lo que le sobraba era entusiasmo. Uno de los dos grandes equipos de Rosario, Newell’s Old Boys, incluyó a Bielsa en sus filas por un tiempo y, más adelante, su nombre se convertiría en sinónimo del club. Pero no como jugador.
Bielsa siempre pensaba en el futuro, hacía planes para cuando no fuera más jugador profesional. Tenía algunas ideas sobre cómo debía jugarse al fútbol y era conocido como un hombre serio entre sus compañeros de equipo. Él, junto con un compañero, llevó adelante un quiosco de diarios durante 10 años e incluso entregaba él mismo los periódicos.
Pero él quería ser entrenador. Gracias a los contactos de su hermano en la Universidad de Buenos Aires, consiguió trabajo como técnico del equipo masculino. Entre sus logros más notables se rescata un empate contra el equipo B de Boca Juniors.
Pero Bielsa estaba destinado a regresar a Rosario y poner sus teorías en práctica. Destacó con distintos conjuntos juveniles y cada uno de sus equipos de menores terminaron campeones en un nivel u otro. Y lo mandaron a detectar jóvenes talentos para los equipos juveniles de Newell’s.
Como Bielsa le tenía miedo a volar, su Fiat 167 registró unos 25.000 kilómetros en tres meses para tratar de conseguir jugadores prometedores para el club leproso. Dividió a la Argentina en 70 sectores y los exploró uno a uno. Gabriel Batistuta o Mauricio Pochettino, algunos de los frutos cosechados.
Los éxitos de Bielsa con estos jóvenes jugadores tuvieron su gran premio en 1990, cuando Newell’s ganó el título argentino y se clasificó para la Copa Libertadores.
“Marcelo es como mi padre”,dice Pochettino. “Mi segundo padre. Mi relación con él comenzó cuandotenía 12 o 13 años. Él es un gran entrenador. Siempre lo amaré porque fue unapersona muy importante en mi carrera”.
Newell’s llegó a la final de laLibertadores, instancia en la que lo superó el San Pablo de Brasil enlos penaltis. Pero la reputación de Bielsa apenas se estaba disparando.
“Marcelo es como mi padre”, dice Pochettino. “Mi segundo padre. Mi relación con él comenzó cuando tenía 12 o 13 años. Él es un gran entrenador. Siempre lo amaré porque fue una persona muy importante en mi carrera”.
Newell’s llegó a la final de la Libertadores, instancia en la que lo superó el San Pablo de Brasil en los penaltis. Pero la reputación de Bielsa apenas se estaba disparando.
Durante su estadía en el Olympique de Marsella, en 2014, se supo que Bielsa había donado unos 2 millones de pesos a Newell’s para que los rosarinos renovaran las instalaciones de sus categorías juveniles.
Después de su glorioso paso por Newell’s, César Luis Menotti recomendó a Bielsa para el Atlas de Guadalajara y ‘El Loco’ se fue a México.
Sin embargo, una de las condiciones que puso para asumir en el puesto era que solo estaría al mando de los equipos juveniles durante su primer año. Luego se haría cargo de los profesionales. Los programas para detectar talentos y algunas técnicas de entrenamiento que implementó Bielsa aún se usan en unas 92 ciudades mexicanas.
En la década del ’90 era normal ver en las convocatorias de la Selección mexicana a diez u once de los 11.000 jóvenes que había probado Bielsa para la fábrica de talentos del Atlas. De allí surgieron grandes nombres como Rafa Márquez, Juan Pablo Rodríguez, Jared Borgetti, Oswaldo Sánchez y Pável Pardo, entre otros.
Es cierto que no siempre Bielsa ha obtenido los resultados esperados. Ha ganado títulos también con Vélez en Argentina, por ejemplo, pero sus pasos por el Marsella, la Lazio y el Lille no fueron buenos. Su aventura con la Selección argentina fue increíble por el estilo de fútbol que practicó, y por cómo ganó las Eliminatorias Sudamericanas camino del Mundial 2002. Pero fracasaron estrepitosamente en la Copa Mundial de Korea-Japón (eliminados en primera ronda) y cayeron en la final de la Copa América en 2004 contra Brasil en los penaltis. El oro olímpico de ese mismo año no fue suficiente para que Bielsa continuara en el banquillo de la Albiceleste.
Muchos aficionados en Inglaterra recordarán a Bielsa por su gran trabajo al frente del Athletic Club de Bilbao, donde jugadores como Ander Herrera y Javi Martínez desarrollaron su gran reputación internacional. El Manchester United, en Old Trafford, sufrió el poder de aquellos ‘Leones’ en la Europa League de 2012 y la paliza de los españoles será recordada por mucho tiempo.
El idilio en el País Vasco, como en otros lugares, se esfumó rápidamente. Pero no se puede negar que, cuando el entusiasmo y la dedicación de Bielsa se combinan con la receptividad de un club y de sus jugadores para asimilarlo todo, se produce una verdadera revolución.
“Todas mis palabras serán positivas para con él”, dice Pochettino. “Mi deseo es que cambie la realidad del Leeds, que los lleve a la Premier League y que haga un fantástico trabajo allí”.
Los fanáticos de Leeds han sufrido tanto desde que descendieron de la Premier League en 2004 que quizás ya ni tengan corazón para entusiasmarse con el ascenso. Pero la materia prima está ahí. Bielsa puede diseñar un plan para volver a la cima.