Sí, Marcelo Bielsa será abuelo por primera vez a sus 67 años. Su hija Inés le dijo que será mamá. Y así, el hombre adusto, misterioso, de pocas palabras y sonrisas para la vida pública, se olvidó de la pelota, del fútbol y de la Premier League por unas horas.
Se llenó de ternura, se puso “loco” de contento y le prometió a la más grande de sus dos “nenas”, a “Inesita”, que estaría en Rosario para el momento del nacimiento.
Así, mientras la prensa deportiva internacional transpira en la competencia por quien publica antes la última novedad en torno a la vuelta del ex técnico rojinegro a la máxima categoría del fútbol inglés, Bielsa sólo piensa que en pocos meses volverá a acunar, tal vez, a una nenita o nenito en sus brazos, pero esta vez como abuelo. Todo lo demás puede esperar.
En la intimidad de los Bielsa, se sabe que Marcelo de “cuco” no tiene nada y menos cuando se trata de sus tres amores: Laura Bracalenti (su pareja desde finales de los ’70 y a quien conoció cuando estudiaba arquitectura con la ex ministra de Hábitat de la Nación, María Eugenia Bielsa) y sus hijas Inés y Mercedes (“Mechu”), ambas profesionales graduadas en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Un trío, hasta ahora y al que seguro se sumará un amor más.
Tres mujeres que son el cobijo de Marcelo y de tal palo, como dice el dicho, astillas que replican su bajísimo perfil.
Decir que ellas son “sus afectos más cercanos” es algo que el propio Bielsa expresó hace dos años cuando dirigía el Leeds United, en la conferencia de prensa previo al último partido de la temporada en que el equipo inglés gritó campeón.
“Mis afectos más cercanos están en Argentina. Mi mujer y mis hijas comparten el estrés que siento en el campo y en estos momentos la ligazón aumenta”.
Tal vez por eso, la noticia que le dio Inés le vale por estas horas más que cualquier título logrado en su carrera como jugador, como técnico o cualquier conversación actual con los directivos el Bournemouth de Inglaterra.
Sus tres amores
Inés, la futura madre, tiene 33 años, es psicóloga y alcanzó cierta notoriedad deportiva porque se destacó como jugadora de hockey en Gimnasia y Esgrima (GER). El mismo deporte y mismo club donde jugó su mamá.
Siempre que pudo, Bielsa, fue a ver jugar a su hija o estuvo pendiente de los partidos. Inés llegó a ser capitana del equipo mens sana.
En 2011, se lo vio al costado de la cancha de GER, pero no en cuclillas ni dando indicaciones. Solo observó el partido entre GER y Jockey, que terminó con la derrota del local por 2 a 1.
Nadie se acercó a pedirle fotos ni autógrafos: allí era solo, y nada menos, el papá de Inés.
En 2018, fue ella quien recibió la placa honorífica dedicada a su papá “Marcelo A. (de Alberto) Bielsa” en la inauguración del Hotel Griffa, en el Complejo Bella Vista de Newell’s Old Boys, en el sudoeste de Rosario. Una construcción de cinco pisos y 2 mil metros cuadrados donada por Bielsa y con construcción a cargo de su su hermana, María Eugenia, al club en el que debutó como jugador en 1976 y donde es ídolo indiscutido.
En ese momento explicó desde Inglaterra por qué había tenido ese gesto económico, pero también amoroso y cargado de agradecimiento.
“Recibí del club que me formó mucho más que lo que finalmente entrego”, había dicho a 11.180 kilómetros de distancia, cuando los hinchas de Leeds aún estaban de festejo por su ascenso a la Premier League. Su ausencia no fue tal, Inés le hizo el aguante.
Y años más tarde cuando GER se quedó con el campeonato, la hija del Loco le confesó a La Capital: “Mi papá siguió el partido desde Inglaterra. Pidió que le fueran mandando información minuto a minuto por teléfono desde las gradas”.
Mercedes, la “nena más chica de Marcelo” y la futura tía de la familia, nació en 1991 no siguió el camino deportivo de su papá, ni su mamá ni su hermana. Es dramaturga, directora y gestora cultural. Una de sus obras se llamó Exodos.Y ha escrito notas para la revista feminista Akelarre donde firma como “Mei” Bielsa.
Esta hija, por su búsqueda expresiva, en algún sentido se acerca más a su tío, Rafael, quien si bien es abogado y actual embajador argentino en Chile, también es escritor, poeta y músico.
Quienes lo conocen a “Rafa” como le dicen los amigos, aseguran que cuando se enteró que iba a ser tío abuelo, empezó a tararear con una sonrisa de oreja a oreja, estrofas salteadas de “De parto”, de Joan Manuel Serrat.
“…Si la viese usted/mirándose/feliz al espejo…/palpándose el perfil/y trenzando mil/nombres en dos sexos…Si la viese usted/cantándose/canciones de cuna/como un cascabel/que acunase un clavel/en un rayo de luna”.
Como sea, entre canciones, llamados, sueños y alegrías, lo que sí es seguro es que el tema principal de los Bielsa hoy no es el fútbol, aunque todos se estén preguntando dónde podrán conseguir la camiseta más pequeña de los colores que en esta familia no hacen falta precisar.
Fuente-ovacion05
