Gabriel Heinze no es de los entrenadores que mantienen un esquema táctico a rajatabla. Cambia según las diferentes circunstancias, desde los jugadores con los que cuenta hasta las particularidades del adversario. Durante la conferencia de prensa del lunes, el entrenador habló al respecto y señaló que le resulta indistinto jugar con una línea de tres o de cuatro. “No es que haya una que sea mejor que otra. El posicionamiento puede cambiar respecto a muchas variantes”, dijo el Gringo, dejando en claro los diferentes sistemas que puede llegar a planificar para Newell’s.
La mejor referencia para conocer los distintos dispositivos tácticos de Heinze es hacer un repaso de los equipos que mayor tiempo dirigió: Argentinos y Vélez. En ambos clubes tuvo dibujos predilectos, 4-3-3 y 3-3-1-3, aunque también se inclinó por el 3-4-3, 3-4-2-1, 4-2-3-1, entre otros. Cualquiera sea la táctica, se ajusta a la idea de ser protagonista, ejerciendo un dominio posicional, recuperando lo más alto posible y manteniendo a su oponente lo más lejos del campo propio.
Para cumplir con tal objetivo, Heinze define el esquema a implementar en base a un análisis de las cualidades de los futbolistas con los que cuenta y a las condiciones del equipo contrario. No tiene problemas en modificar el sistema de un partido al otro si entiende que es lo conveniente.
Durante la conferencia se le preguntó si prefería la línea de cinco en el fondo, que tan buen rendimiento le dio a Newell’s en el último torneo, o la de cuatro. Y no descartó a ninguna.
“Empleé los dos posicionamientos. El posicionamiento puede cambiar respecto a muchas otras variantes. Me gustan los dos, con una línea de cuatro o una línea de tres”, aclaró. Habló de línea de tres y no de cinco, porque entiende que los dos futbolistas ubicados en los extremos integran la mitad de cancha. Estos laterales-volantes, que son marcadores de punta cuando el equipo juega con cuatro atrás, tienen una enorme relevancia. Su misión es desdoblarse en defensa y ataque.
El 4-3-3 requiere, según la preferencia de Heinze, un mediocampista central de buen pie, volantes con buen juego interno, extremos con recorrido y un nueve que no solamente se dedique a pivotear sino que libere sectores para que sean aprovechados por los compañeros. Le interesa que el centrodelantero sea capaz de asociarse, mucho más que si termina siendo el goleador. Entiende que el gol puede ser obra de cualquiera.
Una particularidad, sin distinción de táctica, es que le gusta que el arquero sea preciso con la pelota en los pies. Le interesa que salga jugando de abajo y hasta que se anime a salir afuera del área, como si fuese un líbero. Y que esa ductilidad le permita meter un pelotazo si es la única manera de romper la presión alta del rival.
En el caso del 3-3-1-3, necesita de un líbero, que por lo general siempre fue un defensor de buen trato de balón. En Vélez llegó a utilizar a un mediocampista central en esa posición, al actual DT de Racing Fernando Gago o a Gastón Giménez. Ese mismo líbero, a la hora de defender, puede llegar a sobrepasar la línea de los stoppers para presionar más arriba.
Con este esquema, los laterales-volantes se complementan con los extremos. Unos y otros se alternan pasando por afuera o por el interior, dependiendo del movimiento de su compañero de banda. Y los restantes mediocampistas son un volante central, ocupado más en la tarea defensiva, y un enganche.
En el dibujo 3-4-3, se mantienen los carrileros, mientras que la franja media se reparte entre un volante más defensivo y otro de buen pie.
Todo queda supeditado a un objetivo en concreto: conseguir que el equipo logre desarrollar en la cancha un juego ofensivo. Heinze no renuncia a ese desafío. Después, cambiará todo lo que sea necesario en relación al dibujo táctico para poder cumplirlo.
Fuente-ovacion08
